lunes, 16 de noviembre de 2009

MERCADOTECNIA DE LA POLÍTICA

Como una mercancía más, la política hoy llena el mercado de compra-venta con sus plusvalías y su tráfico de influencias para enriquecimiento personal e intereses de partido.
Eso ya lo sabíamos. Pero, a pesar de todo, los Partidos siguen esquizofrénicamente determinando las mentes del pueblo como si de máquinas cartesianas se tratase. Y esto es lo menos parecido a una democracia.
¿Es, entonces, el Partido o el mismo pueblo el que debe estar en cuestión permanente?
Es inconcebible hoy que una mente sana, instruida y educada en el discernimiento más elemental de las cosas, no pueda ver con los ojos de la evidencia el engaño al que se le somete cotidianamente a través de los medios de comunicación ( de incomunicación-bloqueo, mejor dicho), y se apalanque en la zafiedad, la vulgaridad y el analfabetismo.
Más aún, planea una permanente sospecha que una parte de cierta clase política, llamada de izquierdas, cultiva desde el odio la propagación de la incultura y del todo vale para aleatoriamente meter ellos solos la cuchara en el menú de sus programas demagógicos.

Hoy, el “socialismo” necesitaría aclarar sus principios obsoletos, del siglo XIX, leídos en sus contextos económico-sociales e históricos y filtrar tanta hipocresía y mentira, que vende al populacho como una verdad, aquella de la que hablaba Pascal, (que de tanto repetir una mentira, ésta pasa inadvertidamente a formar parte de la atmósfera de la verdad).
Con esta gente parece que estamos permanentemente en el escenario de un teatro de Molier en el que el Tartufo de turno no falta nunca.
Aquella célebre crítica a la cultura europea que Nietzsche se arrogó como varapalo a la clase intelectual y política, hoy puede extenderse a todo un modo de ser y de estar en las representaciones públicas del poder: “ si mientes, al menos no te mientas a ti mismo”. Este extremo es ya la esquizofrenia más absoluta y dañina. Aquella de la que hablaba Aristóteles como excluida de la sociedad.
José Luis Gómez

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA LOGSE

En los años noventa se decía en un periódico, a grandes titulares: La LOGSE " permite toda clase de arbitrariedades al Gobierno de turno", y un subtítulo: Profesores de Bachillerato temen una enseñanza sin contenidos.. Esta denuncia, que partió en un principio de un Clustro del Instituto de López de Vega, se extendió por otros muchos, entre los que, no solamente me encontraba yo, sino que me "encontraron" y fueron a por mí. Hay rabillos del ojo que, que como te los pongan encima, vas listo. Y sucedió lo pronosticable: Como implanté desde un principio Simploké como texto a mis 120 alumnos, distribuidos en diversos cursos, durante varios años, y ello era un atrevimiento sin precedentes en aquella época del Sr. Castro Viejo, (pues, recuérdese que El País, en una nota en la Sección de cultura, del domingo día 13 de marzo,, de 1988, afirmaba que el Ministerio de E. no autorizaba el libro de Filosofía Simploké aludiendo razones de orden pedagógico, como excesivamente denso y teórico, inalcanzable para la mayoría de los alumnos &c con otras lindezas semejantes). Bueno, pues al final, Tola en su famoso programa de TV. y con G. Bueno presente, le comunicó que el libro acababa de ser aprobado. Pero, se vió que los pocos que lo adoptamos fuimos vigilados estrechamente y clasificados como "prosoviéticos", como así de hecho fue clasificado el libro entre los "sociatas" más progres. Felipe Glez. no hacía mucho había apostatado del marxismo como uno de sus progresismos más al uso entre sus adeptos. La social-democracia más abstrusa se apoderó del partido. Pero había que disimularlo. Bueno, el caso es que yo pensé lo siguiente: La mejor manera de que conozcan a G- Bueno es traerlo aquí y hablar a mis propios alumnos, viva voce, y que ellos puedan conocerlo y hacerle preguntas &c, además del grueso del profesorado del Rey Pastor, que esperaba ingénuamente que les gustaría asistir. Pues, en buena me metí. Me conminaron al Consejo Escolar, ( que es una amierda, eso sí, empapelada, como seguirá siendolo hoy) y me hubieran formado "expediente" de no haber sabido defenderme a tiempo. Pero, el caso fue que, después de haber cerrado en principio gastos de desplazamiento &c en el propio Instituto Rey Pastor, La Edt. Trilce tuvo que cargar con todo, denegándonos el permiso, y teniéndo que desplazarnos al Ortega y Gasset, en el Manzanares. Y por si esto fuera poco, me marché y fuí a otro peor, el S. Juan Bautista, donde el mangoneo feminista no tuvo precio, y ya claramente el Inspector ( que alardeaba no conocer la Filosofía) me ojerizó como peligroso, y se decantó, frente a mí ,en favor del psicólogo, cuya labor de confesionario alabó sin paliativos, mientras que mis cuatro cursos de COU y Selectividad, año tras año, le trajeron al pairo. Con lo que, poco a poco terminaron con mi paciencia y me prejubilé. Hoy, debe ser tan irrespirable el ambiente tanto allí como en la Facultad, (véase caso Albiac), que me siento feliz aprendiendo Filosofía de verdad desde mi casa.

DECEPCIÓN POLÍTICA

Acabo de mandarles, a UPD, un e-mail, para que expliquen con alguna carga, no ideológica, ese comportamiento congresual junto a nacionalistas, esos sí, con sobrada carga ideológica y segregacionista con la máscara de "su lengua", lengua que van a terminar por hablar ellos solitos y escribir para colgar carteles de propaganda en sus propios domicilios y circunscripciones con la marca de la casa y mirándose al ombligo.

FILOSOFÍA Y CIUDADANÍA

FILOSOFÍA Y CIUDADANÍA Al llegar ayer a Madrid, me encuentro con este magnífico escrito de Pedro Insua. Comienza citando acertadamente un texto de Aristóteles en el que se resalta el sostenimiento del Estado mediante la atención ineludible de la Educación, forjada ésta, también ineludiblemente, mediante las buenas costumbres, ejercidas más que representadas. Pasa, luego, a mencionar el test psicológico de las aptitudes y actitudes de los psico-pedagogos. ¡Vaya si me conozco el tema!, Pedro. Sabemos muy bien que los Departamentos de Orientación, introducidos, ad hoc, por Gobiernos socialistas, ha servido de escaramuza para imbricar problemas sociales con problemas personales, (dígase, psicológicos). Y así, al desorientado, se le aduce mediante razones psico-pedagógico-patológicas a fin de inducirle y conducirle al camino deseado. Todos sabemos que los psicólogos proliferan como las setas, pero, ¡ojo! como en éstas, ha de saberse distinguir bien, a riesgo de perder la salud, las sanas de las venenosas. Me gusta mucho, y no tiene desperdicio, el reposado estudio crítico de Educación para la Ciudadanía y Filosofía y Ciudadanía, i. e. Filosofía y Filosofía, como si “ciudadanía” fuera, de suyo, una sustancia exenta encontrada en los anales protocolares de la protohistoria, algo así como la lengua vasca de Humboldt, y se requiriese, en una urgente progresía, prestarle los más cuidadosos esmeros y atenciones, a las que antes nadie había reparado en prestar. Los paralelismos son tan esclarecedores que nadie, con un poco de sustancia gris, va a dejar de comprender. La unidimensionalidad, por citar a H. Marcase, a que aboca el asunto no deja de tener su por qué. Es como si nos dijeran,con ese emblema, lo siguiente: Os vais a enterar qué es Filosofía. Nosotros, los socialistas, lo hemos descubierto. Ahí lo teneis. Y no nos cabe en la cabeza, (cabeza socialista) que encima objeteis a su enseñanza. Y finalmente, el comentario del Menón no tiene desperdicio, al igual que el bien traido texto de Hobbes, sin menoscabo de la cita de Filóstrato, (Vida de Apolonio de Tiana, que acabo de leer este verano). Y no digamos el texto final de la Política, Lib. V, Cap. 1, fantástico.
SITUACIÓN DE POLÍTICA ECONÓMICA Solamente voy a reunir algunos datos que chirrían ante la situación de crisis económica. Ahora mismo hay en Madrid tres mil liberados sindicales cuyo coste asciende a 80 millones de euros, sacados de nuestros bolsillos, probablemente para que se toquen las narices y suavicen los malos olores gubernamentales. A los Sindicatos se les acaba de conceder una subvención de 21 millones de euros para cursos de formación, que a veces ni se hacen o hay ausencias palpables que nadie inspecciona. En una encuesta reciente, el 90% opina que el Ministerio de Igualdad ha de desaparecer ya, de un plumazo. Y junto a éste, probablemente otros tres. Con ello el ahorro podría empezar a sobrepasar el chocolate del loro, si añadimos recortes, no sólo congelación, en sueldos, empezando o terminando con los 10 mil euros mensuales del Presidente del Gobierno y otros presidentes y presidentillos de toda calaña que hay por ahí. Más los 100 millones de subvención al Cine, a los partidos políticos, (cuyas cifras no tengo en estos momentos). Más la subida del 2,5% a la Casa Real, cada vez más numerosa y ostentosa. La cicatería de este gobierno socialista contra la Comunidad y el Ayto. de Madrid ha llegado a tal descaro, que se acusa de privatizar la Sanidad en Madrid, cuando en realidad lo que se ha privatizado es un Catering, que lo repartían precisamente los liberados sindicales repartiéndose una buena pasta. Así que, cuando te aprieta el zapato, chillas ¡eh!, pero antes le calzas sin escrúpulo. Como la propaganda, a lo Guebels, parece irles bien, (mintiendo, que algo quedará en medio de una masa iletrada), pues allá te va, que hasta en la promoción del Guadalquivir para la Junta de Andalucía, ( no importa si sale o no la catedral de Palma), se han gastado millones de euros. En fuentes bien informadas se hace balance de hasta 40 millones de euros diarios en propaganda en este Gobierno socialista.

El ego trascendental

EL EGO TRASCENDENTAL Por Javier Pérez Jara Creo haber leido atentamente el trabajo de J. P. Jara sobre el Ego Trascendental como Ego lógico en el materialismo filosófico. De él destaco dos expresiones, que son las que, por el momento, me interesa comentar: 1). “El materialismo filosófico como clase vacía sin la idea de Ego Trascendental”, y 2). La inversión teológica del Ego Trascendental como secularización del Dios de la Ontoteología medieval. En cuanto a 1) ¿No hubiera sido mejor decir que el “Ego”, todo ego, aparecido en las historias de la Filosofía y Psicología, es la clase vacía sin los contenidos del mundo? ¿No hubiera quedado más claro referirse a la estructura de la conciencia con relación a la fenomenología, que en tantos autores ha proliferado falsamente como una sustancia exenta y con vida propia? Recuérdese, a este respecto, la publicación de la trascendencia del Ego, en 1934, por J. P. Sartre, precisamente mientras se encontraba en Berlín estudiando la fenomenología de Husserl. A este trabajo siguieron otros de la misma raíz, como la Imaginación y lo Imaginario o Esbozo de una teoría de las emociones, abocando todos ellos, en 1943, en El Ser y la Nada, Se afirma con ello que no hay posibilidad alguna de afirmación de la conciencia sin contenidos concienciados pertinentes. Esto va de suyo. ”Mientras la conciencia, decía Simone de Beauvoir en su presentación, es una inmediata y evidente presencia de uno, la psiquis es un conjunto de objetos que no se aprehenden por una operación reflexiva y que, como los objetos de la percepción, sólo se dan por perfiles: el odio, por ej., es una trascendencia que se aprehende a través de las erlebnissen (experiencias vividas). Quiero decir con esto que, huyendo del solipsismo porque no tiene sentido alguno ni si quiera el término, no podemos plantear cuestiones de ese género porque, por simple procedimiento lógico, no habría sujeto para un objeto. Todo quedaría inventado por la fantasía, como les sucede a todos los idealismos, incluyendo aquí a los psicólogos, quienes pretendiendo sostener algún fulcro en el que apoyar tesis sobre tesis afirman contundentemente la presencia formal del “ego” como habitante de la conciencia, como inferible de las erlebnissen, es decir, de las vivencias, o dicho de otra manera, creen descubrir su presencia material como centro de los deseos y los actos de la vida de cada cual. Y, en este sentido, habría que decir que tendría más razón Fichte cuando sostiene que sólo en un sistema de relaciones sociales puede uno darse cuenta cabalmente de quién es, a quién mira y por quien es mirado. En cuanto a 2) J. P. Jara no hace más que insinuarlo, pero, a mi modo de ver, ahí está el meollo de las grandes cuestiones culturales postmedievales hasta nuestro tiempo. Yo le rogaría que nos brindase con el próximo trabajo un desarrollo de esta cuestión. Y sin más que felicitarle por las cincuenta y una páginas, un saludo afectuoso.

ECONOMÍA-2009

Por la importancia del análisis económico que hace en esta columna el autor, me permito pegarlo aquí. Imagínense un país en el que el desempleo crece un 42,5% en términos anuales, y en el que en tan sólo doce meses el número de afiliados a la Seguridad Social cae en 672.00 personas. O lo que es lo mismo, en el que el sistema de protección social (que funciona por el sistema de reparto) pierde 1.841 cotizantes cada día incluyendo sábados, domingos y festivos. Y en el que el paro ha pasado del 8,3% sobre la población activa al acabar 2007 al 11,3% tres trimestres después, pero con perspectivas ciertas de que se sitúe muy cerca del 18% a la vuelta de seis trimestres. De largo, el mayor nivel de los países desarrollados. Se trata de un país en el que el déficit del Estado -sin contar el resto de las administraciones públicas- suponía al finalizar noviembre el 1,28% del Producto Interior Bruto, cuando un año antes lucía un superávit equivalente al 2,41% del PIB. O dicho en otros términos. De un superávit equivalente a 25.383 millones de euros, se ha pasado a un desequilibrio que representa 14.060 millones de euros, lo que significa, en otros términos, que en apenas doce meses el Estado se ha gastado 39.423 millones de euros más que lo que ha sido capaz de ingresar. Nada menos que el 4% del PIB nacional. Y eso que, según su presidente, el superávit era la mejor herramienta del Estado contra la crisis. Habrá quien piense que detrás de tanta agitación macroeconómica se encuentra alguna tragedia: una guerra, desastres naturales o, incluso, insurrecciones populares que han desestabilizado el poder político. Habrá, incluso, quien considere que el país vive un periodo de agitación social sin precedentes. De otra manera no se podría explicar que el índice de sentimiento económico haya descendido en 30 puntos (de 97 a 67 puntos) en sólo doce meses, lo que significa el mayor deterioro de la Europa continental. O que la confianza sobre el futuro de la industria muestre 32 puntos negativos, cuando hace apenas un año el saldo era equilibrado. No es para menos esa desconfianza económica si se tienen en cuenta otros indicadores que ponen de manifiesto la intensidad del ajuste. La matriculación de turismo está cayendo a un ritmo del 48,7%, pero es que el consumo de cemento (un indicador clave para entender la evolución del sector inmobiliario y de la construcción) está retrocediendo un 41,5%; mientras que las ventas del comercio minorista se han desplomado un 8%, la tasa más negativa de las series históricas. El déficit comercial, al menos, está también cayendo, pero lo que podría parecer positivo en una lectura superficial no lo es si se tiene en cuenta que es consecuencia de un desplome de las importaciones (-10,4%) más que de una recuperación de las exportaciones, toda vez que las ventas al exterior caen un 0,2%. Un país con el mayor déficit de la balanza de pagos del mundo, y que cada año necesita del exterior más de 100.000 millones de euros para financiar su actividad productiva. Desplome inmobiliario ¿Y qué decir del sector inmobiliario, el principal yacimiento del empleo durante años? Pues ni más ni menos que las viviendas iniciadas están cayendo un 56%, lógico si se tiene en cuenta que, según los expertos, existen entre 800.000 y 1,4 millones de viviendas sin vender. Eso sí, desafiando a la literatura económica, los precios se mantienen a niveles desorbitados y muy por encima de la renta disponible de las familias, fuertemente endeudadas con operaciones a 30 y 40 años. El país, para más inri, dispone de una compleja arquitectura política-institucional. Cuenta con 17 parlamentos autonómicos que legislan sin parar, y que gestionan las dos terceras partes del gasto público. Sin embargo, sólo ingresan directamente poco más del 20% del presupuesto, lo que explica que se trate de un sistema de financiación desequilibrado (e ineficiente) que reabre el melón cada cinco años. Unos recaudan (los funcionarios del Estado) y otros gastan (los de las regiones) lo que provoca tiranteces de todos los colores para el sonrojo de muchos ciudadanos, que observan importantes duplicidades en la gestión del gasto público. Se trata de un país democrático, en el que las elecciones se celebraron hace apenas nueves meses y en las que revalidó su mayoría el partido gobernante, que prometió pleno empleo al final de la legislatura. No sólo eso, sino superar a Francia en términos de renta per cápita. Ese país está a punto de asomarse a la mayor recesión del los últimos 50 años. En concreto, desde la aprobación del Plan de Estabilización que supuso dejar atrás la autarquía, pero no la Dictadura. El país vive tranquilo y confiado, y es uno de los más felices de Europa, tal y como reflejan las encuestas. Ha salido de situaciones peores, lo cual no es ningún consuelo. Pero sirve para dar músculo argumental al discurso de la clase política Ahora, sin embargo, se prepara para llegar a los cuatro millones de parados en el último trimestre de 2009 con un nivel de endeudamiento de empresas y familias verdaderamente importante. Cosas que pasan. Carlos Sánchez http://www.cotizalia.com/cache/2008/12/27/noticias_12_economia_espanola_visita_museo_horrores.html[url]

domingo, 8 de noviembre de 2009

IDENTIDAD SINTÉTICA

ES UNA SUGERENCIA DE CARLOS C. MADRID

(y como yo escribí sobre el asunto estos días sin saber de este escrito, veremos.


¿¿Cambiaría de modo esencial TCC si toda aparición del término 'verdad como identidad sintética' fuese sustituida, simplemente, por el término 'identidad sintética'?? Me explico: la noción de cierre categorial aparece vertebrada por la de (construcción de) identidad sintética mas no encuentro relación alguna de esta última con la de verdad (como adecuación). Si la teoría clásica de la verdad es la adecuacionista (Aristóteles, Tarski) y si ésta se rechaza por metafísica (Bueno se hace eco de -y amplifica- las críticas a la misma de, pongamos por caso, Quine o Putnam)... ¿por qué seguir hablando de verdad con respecto a la teoría de la identidad sintética? En otras palabras... ¿añade algo tal denominación?. No desdeño la teoría de "Ensayos materialistas" (verdad como relación de identidad sintética -en M3- entre M1' y M1'' mediada por las operaciones de M2) mas no comprendo el motivo de seguir llamando a eso verdad. Quizá con un ejemplo se vea mejor mi duda: El modelo atómico de Bohr de 1913 brota, como el mismo Bueno señala, como identidad sintética construida sobre el espacio gnoseológico de la física atómica del momento. En principio, la franja de verdad de tal identidad es muy ancha puesto que el modelo obtiene grandes éxitos (p.ej. da cuenta de los fenómenos espectroscópicos -series de Balmer) pero, con el paso del tiempo, nuevos contextos determinantes se incorporan al cuerpo de la física (p.ej. colapso energético del electrón del átomo de hidrógeno de Bohr) y deshacen el nudo que tal identidad sintética había atado. Finalmente, el modelo atómico de la mecánica cuántica da razón, mediados los años 20, de tales nuevos fenómenos (y referenciales), configurándose, de hecho, dialécticamente con respecto al modelo previo. En conclusión, el modelo de Bohr no era verdad pues no se adecuaba empíricamente al átomo (y lo mismo puede predicarse del resto de modelos), así, sólo era un modo de controlar y de manejarnos con ciertas construcciones materiales llevadas a cabo en laboratorios (aceleradores de partículas) por los físicos atómicos. A lo sumo, podremos aquí hablar de éxito mas no de verdad.

Política de la Educación

LA POLITICA DE LA ENSEÑANZA Y DE LA EDUCACION (II) Como segunda parte y continuación de LA POLITICA DE LA ENSEÑANZA Y DE LA EDUCACIÓN (I), que aparece en el Archivo de Cartas del Foro-Intereconomía, y a la vista del desarrollo del proyecto de “ Educación para la Ciudadanía “ , que el Gobierno de la Nación Española, (sic), quiere implantar para el próximo curso, me permito las siguientes reflexiones: 1- La UE, a través de la Conferencia Permanente de Ministros de Educación Europeos, proyecta una educación para la Ciudadanía Democrática en Europa, presentando un marco general dentro del cual puedan expresarse las diversidades culturales y políticas de cada miembro integrante de la Comunidad Europea. No en vano, el año 2005 fue considerado como Año Europeo de la Ciudadanía mediante la Educación. Y en marzo de ese mismo año, un Comité Español, constituido a tal efecto, decreta medidas,( 4 de enero de 2007 ), destinadas a encauzar dicha disciplina y materializar su programa. Su objetivo, se dice, es “labrar ciudadanos democráticos, libres, dialogantes y armónicos, ( dispuestos en todo momento a acatar las leyes y normas que dimanen de la UE, añado yo). Pues bien, el propósito de UE es la creación de un mercado lo más amplio posible, con moneda única con flujo contínuo, sin fronteras y con desaparición de las fluctuaciones de valoración. Dentro de este marco, se concibe al ciudadano como un consumidor consagrado al becerro de oro del Mercado, sin perjuicio de que el oro del becerro se acumule en las manos de los escultores de su estatua. 2-Esta disciplina está configurada en dos fases. A), Educación para la ciudadanía y los Derechos humanos y B), Educación ético cívica. La primera se programa en cinco bloques y la segunda en seis. Aquéllos y éstos se proyectan como conductos o canalizaciones para programar destrezas, habilidades, relaciones interpersonales, solidarias, con sus deberes y derechos democráticos con respeto a las diversidades culturales y sociales, mediante la concepción de pertenecer a un mundo global ( y globalizado) y hermanado. Mención especíal de la Educación ético- cívica , de cuarto curso de la ESO, es la exaltación, una vez más, de la igualdad de hombres y mujeres con su implicación afectivo-emocional, donde puede caber de todo, como de hecho está ocurriendo ya. 3-Se percibe fácilmente la ideología desde la que está concebida esta estrategia educativa para la “ciudadanía”, si se constata el hecho de que la UE trata de ser, ante todo, un Mercado Europeo con sus 400 millones integrantes miembros, consumidores, y satisfechos de serlo al estilo del más moderno marketing en competencia con el Mercado y Productividad de Estados Unidos. 4- Dicho esto, y ante la falta de mejores ideas en la mente de las actuales “Socialistas”, cuyo Gobierno estamos teniendo la desgracia de padecer, podemos esperar cualquier cosa estrafalaria en su desarrollo y puesta en práctica: desde la implantación del principio del “Humanismo laico”, que no significa más que “aqua planig” en planos deslizantes hacia el abismo de la abstracción más abstrusa, ( como La Humanidad, El Hombre, El Género Humano, sin más referencia que la que hoy tiene en la Historia de la Metafísica), hasta el principio de la “Armonía universal” y la “Paz Perpétua kantiana”, pasando por “la solidaridad”, la “ cooperación”, el “ no a la guerra”, el “diálogo de civilizaciones”, la “no violencia” y otras cantinelas, que suenan a huecas si no se establece un parámetro, a través del cual puedan medirse, cuantificarse y aplicarse las reglas científicas , y mediante ellas obtener valoraciones y resultados realmente educativos. La Educación, como decíamos en (I), no está pensada para resolver problemas, ( pues problemas los vamos a tener siempre) sino para saber plantearlos a la luz de las conciencias del individuo y del grupo social, y mediante este impacto provocar las decisiones más arriesgadas, ( que han de ser siempre personales ), asumiendo en igual medida errores y aciertos. El resto, señores, son blandenguerías educativas juveniles, que, al final, los Ministros no han sabido resolver y lo han reducido a taponar sus heridas con “Centros de Orientación psicológica”, que no están sirviendo, si no es para algo más dañino aún, es decir, para que el propio alumno se sienta culpable a los ojos de sí mismo, el de sus padres y sus propios compañeros. “Tienes que ir al loquero”, se oye decir con frecuencia en Centros Educativos, cuando uno quiere referirse a un alumno descolgado. La buena pedagogía no se adquiere en los manuales de psicología, sino en la praxis frente al alumno, considerado tanto como individuo, con su carácter personal y su idiosincrasia, como formando grupo social en cuanto educando, donde adquiere una nueva dimensión frente a los demás alumnos y frente al maestro, a quienes mira y se siente mirado, renovando inconscientemente su mirada con la mirada de los demás. Esta labor, sumamente delicada, sólo la puede realizar quien está, en esos instantes, allí, al pié de obra. Es la labor del pedagogo, es la labor del verdadero maestro. ¡ Cuántas desgracias pudieron haberse evitado si esto se hubiera detectado!. Todos lo sabemos. No es la psicología danzarina la doncella de la pedagogía, sino el buen saber y el buen entender. Y como dice el sabio clásico: “intelligentibus pauca”. Si se empieza a construir el Edificio con estos auténticos mimbres, van a sobrar muchas psicologías andantes y pedantes, que se están vendiendo como panaceas en Centros Educativos, en placas de consultas psicoanalíticas y en consuelos múltiples de compasión. Arreglemos las cosas de casa, y con la misma destreza desplegaremos la inteligencia alrededor de ella. José Luis Gómez

Comentario a Pérez Jara

El Ego trascendental de J. P. Jara

EL EGO TRASCENDENTAL Por Javier Pérez Jara Creo haber leido atentamente el trabajo de J. P. Jara sobre el Ego Trascendental como Ego lógico en el materialismo filosófico. De él destaco dos expresiones, que son las que, por el momento, me interesa comentar: 1). “El materialismo filosófico como clase vacía sin la idea de Ego Trascendental”, y 2). La inversión teológica del Ego Trascendental como secularización del Dios de la Ontoteología medieval. En cuanto a 1) ¿No hubiera sido mejor decir que el “Ego”, todo ego, aparecido en las historias de la Filosofía y Psicología, es la clase vacía sin los contenidos del mundo? ¿No hubiera quedado más claro referirse a la estructura de la conciencia con relación a la fenomenología, que en tantos autores ha proliferado falsamente como una sustancia exenta y con vida propia? Recuérdese, a este respecto, la publicación de la trascendencia del Ego, en 1934, por J. P. Sartre, precisamente mientras se encontraba en Berlín estudiando la fenomenología de Husserl. A este trabajo siguieron otros de la misma raíz, como la Imaginación y lo Imaginario o Esbozo de una teoría de las emociones, abocando todos ellos, en 1943, en El Ser y la Nada, Se afirma con ello que no hay posibilidad alguna de afirmación de la conciencia sin contenidos concienciados pertinentes. Esto va de suyo. ”Mientras la conciencia, decía Simone de Beauvoir en su presentación, es una inmediata y evidente presencia de uno, la psiquis es un conjunto de objetos que no se aprehenden por una operación reflexiva y que, como los objetos de la percepción, sólo se dan por perfiles: el odio, por ej., es una trascendencia que se aprehende a través de las erlebnissen (experiencias vividas). Quiero decir con esto que, huyendo del solipsismo porque no tiene sentido alguno ni si quiera el término, no podemos plantear cuestiones de ese género porque, por simple procedimiento lógico, no habría sujeto para un objeto. Todo quedaría inventado por la fantasía, como les sucede a todos los idealismos, incluyendo aquí a los psicólogos, quienes pretendiendo sostener algún fulcro en el que apoyar tesis sobre tesis afirman contundentemente la presencia formal del “ego” como habitante de la conciencia, como inferible de las erlebnissen, es decir, de las vivencias, o dicho de otra manera, creen descubrir su presencia material como centro de los deseos y los actos de la vida de cada cual. Y, en este sentido, habría que decir que tendría más razón Fichte cuando sostiene que sólo en un sistema de relaciones sociales puede uno darse cuenta cabalmente de quién es, a quién mira y por quien es mirado. En cuanto a 2) J. P. Jara no hace más que insinuarlo, pero, a mi modo de ver, ahí está el meollo de las grandes cuestiones culturales postmedievales hasta nuestro tiempo. Yo le rogaría que nos brindase con el próximo trabajo un desarrollo de esta cuestión. Y sin más que felicitarle por las cincuenta y una páginas, un saludo afectuoso.
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Pedro Insua RodríguezRegistrado: 09 Oct 2003Mensajes: 279Ubicación: Madrid
Publicado: Lun Oct 20, 2008 8:08 pm Título del mensaje:

Si se nos permite, voy a dar algunas referencias en las que se expone el concepto de "inversión antropológica" que, en general, tiene mucho que ver (o mejor todo que ver) con la polémica De Auxiliis (como ha dicho Bueno en reiteradas ocasiones). Algunas de estas referencias las ofrece Jara en su magnífico artículo (otras no). Las referencias fundamentales en relación a este asunto son la Introducción a la Metafísica Presocrática que se ve completada con la segunda de las Cuestiones quodlibetales (siendo muy importantes para este asunto también la 4ª y la 9ª). Desarrollo de este planteamiento son la Introducción de Juan Antonio Hevia a la obra de Báñez http://nodulo.org/ec/2003/n013p01.htm y la reseña a esta obra (y perdón por la autoreferencia) publicada en el Catoblepas bajo el título "El condenado ... por desconfiado" (http://nodulo.org/ec/2003/n016p19.htm). Allí se expone con cierta precisión ese "meollo", en expresión de José Luis, relativo a la transformación de la ontoteología medieval en filosofía moderna y del que Jara traza sus líneas fundamentales. Saludos, Pedro Insua

bus del ateismo


El Bus ateo llega a Madrid

Marshall McLuhan, uno de los grandes teóricos de la comunicación, tenía razón... Pero sólo a medias. Su famoso aforismo ("el medio es el mensaje") quedará parcialmente en entredicho a partir del próximo día 26, cuando El bus ateo llegue a Madrid. Se trata de una campaña publicitaria cuyo objetivo no es anunciar automóviles, perfumes o grandes almacenes, sino una mercancía intangible: el ateísmo. Y aunque es seguro que su soporte -los autobuses urbanos de la capital, es decir, el medio- no pasará inadvertido, el lema de la campaña -el mensaje- aún llamará más poderosamente la atención: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida". Desde la última semana de enero, los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid, como antes los de Londres o Barcelona, circularán con ese provocador e insólito anuncio por las calles de la capital. La promotora de la campaña -que durará, en principio, dos semanas- es la Unión de Ateos y Librepensadores (UAL), una federación nacida en Cataluña que agrupa a varias asociaciones de toda España en defensa del ateísmo y el laicismo. Los autobuses urbanos de Barcelona serán los primeros en exhibir los anuncios -a partir del próximo lunes-, y dos semanas después la campaña llegará a Madrid. A no ser que la EMT, propiedad del Ayuntamiento de la capital -que gobierna el popular Alberto Ruiz Gallardón-, se oponga a que su flota sirva de soporte a un anuncio que, con toda probabilidad, escandalizará a muchos ciudadanos.

GNOSEOLOGÍA- EPISTEMOLOGÍA

GNOSEOLOGÍA-EPISTEMOLOGÍA ________________________________________ Tradicionalmente, desde los griegos, la gnoseología ha sido un tema siempre presente en la historia de la Filosofía. Solo recientemente ha pasado a formar parte como disciplina propiamente dicha, como teoría del conocimiento, sobre todo desde Descartes, pasando por Hume, Locke o kant. Y esto por una razón muy simple, a saber: el concepto de "conocimiento" no es un concepto unívoco. De hecho, se le sedujo como cuestión de posibilidad del propio conocimiento, como cuestión de su limitación o finitud ante la magnitud del Universo, la magnitud de la Naturaleza, la magnitud del Espíritu (véase Rickert o Windelband) y también como cuestión de fundamentación (Kant con su "sujeto trascendental"). Aquí anida la cuestión planteada por la Fenomenología por un lado, el Realismo y el Idealismo por otro, a grandes rasgos, según se dé prioridad a la realidad o datos externos o a los datos internos (innatismo, idealismo). Kant, terciando en la cuestión, (in medias res, como se acostumbra a decir), se decantó por el "a priori" (la internalidad) de las categorías, pero también, y al unísono, por el "a posteriori" (o la externalidad), ya que los conceptos sin la sensibilidad externa son ciegos y vacíos. Pero la cuestión fundamental, en la que entra a tajo G. Bueno, es la de la finitud o limitación del conocimiento. G. Bueno, frente a Piaget, sostiene que la ciencia no es conocimiento de tal modo que pueda concebirse una ciencia de las ciencias, o que en el ascenso del conocimiento (ad limiten) pueda hablarse tranquila y pacíficamente de una omnisciencia ocupada y ocupante de todo lo concebido y concebible (i.e. Dios y el hombre semejante a Dios, si no hoy, posiblemente mañana) Por eso para G. Bueno la gnoseología y la epistemología se asemejan, pero se disocian conceptualmente, porque no existe una ciencia,"la ciencia", sino muchas ciencias, y unas quedan limitadas por otras. La gnoseología, siendo una teoría de la ciencia, lo es sólo en cuanto analiza las disciplinas estructuralmente, es decir, en cuanto a su comportamiento de términos empleados, relaciones establecidas, operaciones llevadas a cabo &c. &c. Sin embargo, la epistemología analiza o fija su atención en la materia de esas mismas ciencias, ya que por ellas se distinguen unas de otras caracterizándolas como ontológicamente verdaderas o falsas. _________________ INNOVACIÓN EN EL AFAIRE FILOSÓFICO La innovación llevada a cabo por los escritos del Cierre Categorial nos sitúa en una perspectiva muy distinta de la visión que se venía manteniendo en las Escuelas y Universidades por profesores y alumnos al leer, no ya tanto las historias de la Filosofía en los manuales, cuanto las diversas corrientes filosóficas enmarcándolas en contextos inmovilistas o en cadenas de sistemas hipostasiados, como hayan podido serlo los realismos, los idealismos, los empirismos o los fundamentalismos. Esta innovación introducida por G. Bueno en su obra consiste en situar al lector desde un principio en una cosmovisión, que ya no consiste en ver el Cosmos como un Continente lleno y ordenado de cosas, sino que, mediante un giro de 180º, lo que aparece ante nuestros ojos no es una concepción previamente configurada e hipostasiada, puesta ahí para nuestra contemplación, como si el hombre no perteneciera a ella y se le concibiera como extraido de otro cielo u otra galaxia. No, sino que nos familiariza con una atmósfera que envuelve el “principio antrópico bioético” quedando este implicado en su constitución y transformación. El Mundo ya no es un objeto, (tan inmenso como se quiera), para un sujeto que lo contempla y lo relaciona en unas coordenadas de Macrocosmos-Microcosmos, siempre fantasiosas, sino una creación cultural cuya dotación de conceptos, ideas, y teorías, según el radio de acción civilizadora, irá acrisolándose en forma de ciencias. Nadie pone ya en duda que el hombre, mediante sus acciones y operaciones, es capaz de destruir el medio en el que se desenvuelve y dar al traste con todo su entorno, sin, ni siquiera, hallar refugio en el dintorno de su intimidad. Expresión de la efectividad positiva o negativa de estos resultados, en los que el hombre se halla inmerso, es su “hacer” en él, su operatividad en él. Y este hacer, guiado por un “saber”, tecnifica las cosas, las convierte en arte, en cultura. Y estos primeros nombres son también los primeros conceptos acogidos en sociedad y usados por ella para entenderse e intercambiar objetos, acciones y operaciones, siendo en esos ámbitos culturales entrelazados por las diversas culturas y costumbres donde aparecen las ideas como vehículos de comunicación más menesterosa, cuya fluidez de operaciones sociales y contrastabilidad, mediante la economía del lenguaje, se hace cada vez más perentoria, en un afán de dominio e intercambio comercial y de opinión en zonas geográficas más amplias. Si el hacha de sílex comenzó como primer nombre y como concepto dado a un producto técnico, acaba por ser al mismo tiempo una idea de herramienta de producción que, contrastada con otras de similar fin, termina en teoría, en especulación de la acción, contribuyendo a ampliar su ejecución, dando lugar así a una urdimbre de nuevas operaciones y nuevos productos culturales. Es por esto por lo que el concepto de ciencia, dice G. Bueno, pasa por varias fases: Cita: Si el hacha de sílex comenzó como primer nombre y como concepto dado a un producto técnico, acaba por ser al mismo tiempo una idea de herramienta de producción que, contrastada con otras de similar fin, termina en teoría, en especulación de la acción, contribuyendo a ampliar su ejecución, dando lugar así a una urdimbre de nuevas operaciones y nuevos productos culturales. Es por esto por lo que el concepto de ciencia, dice G. Bueno, pasa por varias fases: A - Ciencia como tecne, como arte en sentido técnico B - “ “ sistema ordenado de proposiciones (Aristóteles) C - “ “ aparición de las ciencias positivas ( siglos XVII-XX) D - “ “ “ “ humanas y sociales PROCESO DE DESARROLLO DIALÉCTICO DE LA TEORÍA GNOSEOLÓGICO-EPISTEMOLÓGICA Todos hemos oído o leido la frase de G. Bueno: “pensar es siempre pensar contra alguien o contra algo”. Frase que, por otra parte, ha despertado ciertos recelos entre gente no avezada en las cuestiones filosóficas. Si bien la filosofía no nace por generación espontánea ni por ocurrencia o fantasía literaria, ni es una reflexión sobre sí misma, sino, como tantas veces se ha dicho, es una reflexión de segundo grado, una reflexión sobre otros saberes establecidos; la razón por la que se ha llegado a la tesis o afirmación de que de lo que se trata aquí es de un materialismo gnoseológico es como resultado del contraste con otras teorías, contra otras teorías, contra las que piensa ahora el autor del CIERRE CATEGORIAL. Si se considera el concepto de ciencia en la tercera acepción, de las cuatro, el de la aparición de las ciencias positivas señalada anteriormente, y se hace uno la pregunta gnoseológica: qué tiene de específico ese status científico, cómo se ha gestado su aparición en el S.XVII y qué estructura diferencial con otras formaciones culturales se tiene como propio, nos encontramos con el hecho incontrastable de la aparición de diversas ciencias, irreductibles las unas a las otras, y en torno a las cuales asoman también las más diversas interpretaciones filosóficas acerca de su gnoseología, como conocimiento y su estirpe, y su valoración ontológica (epistemología) como aproximación a la verdad científica que quepa sostener según parámetros formalistas o materialistas: Si predomina la materia sobre la forma en la descripción de los hechos, independientemente de los modelos lingüísticos o matemáticos o lógicos, estaremos ante TEORÍAS DESCRIPCIONISTAS, cuya “verdad” vendría a ser una desvelación (aletheia) de la realidad. Estaría aquí el neopositivismo lógico del Círculo de Viena, con M. Schlick y Wittgenstein como los “voz cantantes”, el primero por ese empecinado “contacto con la realidad”, sin modulación posible por formalismo alguno, y el segundo con las “tautologías” famosas de la función del lenguaje molecular que repite el lenguaje de la realidad, como una diapositiva en negativo. El TRACTATUS y LAS INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS no hacen más que redundar en este aspecto de lenguaje-realidad y realidad-lenguaje, como si todo estuviera dicho y hecho, y lo que contara por encima de todo fuera el “hecho”. Si predomina la forma sobre la materia tendremos TEORÍAS TEORETICISTAS, según las cuales lo que cuenta son las construcciones teóricas que se aplican proyectándolas a la realidad, a los hechos hasta verlos encajar con ellas. Y así a una buena teoría, bien construida matemáticamente, correspondería la verdad científica por antonomasia. Aquí se encuentra K. Popper, Kepler, Deum Poincaré &c. Si Kepler, con aquella construcción matemática de la elipse con su afelio y perihelio, creyó que la verdad del comportamiento de los astros se iba a plegar a su teoría, está bien claro qué terreno pisaba. La concepción de Popper se ha impuesto en grandes círculos de investigación como si de un Pope se tratara. De hecho tanto La lógica de la investigación científica como Conocimiento objetivo se mueven en el pivote de la construcción teórica de la ciencia inconmovible hasta ser desplazada por la falsación de los hechos incontrastablemente. LAS TEORÍAS ADECUACIONISTAS pivotan tanto sobre la materia como sobre la forma a partes iguales, de tal modo que lo que cuenta es el reflejo de la realidad, como si de un isomorfismo se tratara. Es la adecuación del entendimiento con la realidad. Es la posición tradicional de Aristóteles. Y tanto el descripcionismo como el teoreticismo aparecerán como sus confrontaciones. La posición de G. Bueno a este respecto es la del MATERIALISMO GNOSEOLÓGICO MATERIALISMO GNOSEOLÓGICO G. Bueno, sin embargo, se enfrenta a estas tres teorías y se decanta por la posición del MATERIALISMO GNOSEOLÓGICO. Y ¿en qué consiste, en definitiva, el materialismo gnoseológico? Pues, sencillamente, en afirmar o sostener que el conocimiento no se genera en exclusiva ni por la forma del entendimiento, el formalismo, como vendrían a decir los teoreticistas, ni tampoco por la materia, el materialismo de los hechos, como dirían los descripcionistas. Pero tampoco los adecuacionistas pueden ser aceptados porque, aun dando igual primacía a la forma y a la materia en esa correspondencia armoniosa del entendimiento y la realidad, sin embargo, caen en el vicio de dar por supuesto que tanto la una como la otra están ahí, se las encuentra ahí, sustancializadas (hipostasiadas), la una dentro y la otra fuera del intelecto, como si estuvieran hechas la una para la otra desde toda la eternidad, como si esa fuera su naturaleza, su imperiosa necesidad. Vistas así las cosas, esto es un disparate para el materialismo gnoseológico, ya que, si la concepción del mundo para las teorías teoreticistas termina por declinar en un idealismo, al estilo de Fichte, en el que el mundo no sería sino una proyección de nuestra mente, la de los descripcionistas se decantaría abiertamente por un materialismo, pero un materialismo de lo más grosero, que les lleva frecuentemente a afirmar que el mundo todo es materia, o es química, o es energía atómica, hablando de Física o es genética, hablando de Biología &c. Estaríamos, con estas dos posiciones, la teoreticista y descripcionista, ante un monismo de lo más estrambótico. Pero, aún más lo sería el dualismo de los adecuacionistas, ya que su posición supondría dos mundos: el mundo del entendimiento, (mundo inteligible de Platón) y el mundo de la realidad, (mundo sensible, el de los sentidos), o el mundo del alma y el mundo del cuerpo, concepción que perdura hasta nuestros días en casi todos los tratados y en casi todas las ciencias sociales, antropológicas e históricas, (el espíritu del pueblo, el Wolgeis alemán). El materialismo gnoseológico ataca frontalmente al monismo como si de una sola categoría científica se tratara en el uno como en el otro (idealismo-materialismo) en su intento de unificar (“ciencia unificada”) el mundo, al concebirlo como si todo estuviera relacionado con todo ( ya sea en el espíritu, ya sea en la materia), y donde, ya primase el espíritu, el alma, la forma, el wolgeis &c. o primase la materia, se deduciría esa relación de todo con todo, en un nivel o en otro, según las posiciones. El adecuacionismo, el dualismo, al concebir dos mundos sustancialmente separados, el del espíritu y el de la materia, pero conectados para gestar el conocimiento científico, cae en la falacia de ver la verdad del entendimiento separable de la verdad de la realidad. Y aquí es donde frontalmente sale al paso el materialismo gnoseológico afirmando que “ni la materia ni la forma de los cuerpos científicos pueden tratarse como si fueran partes sustantivas e inteligibles por sí mismas” (4), pág.34, de “¿Qué es la ciencia? _

________________ LA IDENTIDAD SINTÉTICA COMO VERDAD CIENTÍFICA EN EL MATERIALISMO GNOSEOLÓGICO.

Si toda teoría científica guarda una relación con la verdad que se busca, la gnoseología y la epistemología en relación dialéctica, mediante posiciones de negación-afirmación, en su rango de “conceptos conjugados”, como puedan serlo conceptos tales como sujeto/objeto o materia/forma, &c. juegan un papel de interacción entre la materia y la forma, entre el sujeto y el objeto, entre la acción y la operación, entre la estructura de ese conocimiento y su valoración científica, (verdad científica), de tal modo que la circularidad que vaya estableciéndose entre términos o materiales y operaciones o formas produce un cierre de operación sobre el material (pues de lo contrario estaríamos ante un movimiento mecánico loco sin prospectiva alguna), o dicho de otra manera, se produce un ajuste entre el sujeto/objeto o campo, o entre lo subjetual/objetual. Y esto es lo que se entiende por identidad sintética. (tal vez por el paralelismo kantiano de los “juicios sintéticos a priori”). La ciencia comienza por la técnica, por la acción sobre las cosas, operación con las cosas, de tal modo que, al considerar las partes materiales y las partes formales, estamos trazando un hilo de conexión entre ellas hasta el punto de no poder distinguirlas en su autonomía, y procedemos a disociarlas intelectualmente, porque hasta el ejercicio mismo de las operaciones en el laboratorio puede quedar incorporado como material, o el manejo de instrumentos técnicos empleados, como puedan serlo el microscopio o el telescopio, por ejemplo. Al ser esos productos técnicos los sujetos mismos de la operación, juntamente con los sujetos operatorios, (sujetos gnoseológicos), estas partes materiales pasan a ser formales al mismo tiempo en un todo material operacional. Razón esta por la cual, a veces, puede ser más claro y transparente emplear los términos subjetual/objetual, porque es todo un conjunto material/formal el que representa la realidad buscada, la verdad científica como identidad sintética de partes materiales/formales integradas en un todo científico que ha partido de una mínima unidad, como pueda serlo el átomo en física, la célula molecular en biología o la nación en ciencia política, como habría dicho Clausewitz, el general prusiano del S. XIX. Las ciencias se clasifican tanto por sus partes materiales como por sus partes formales en esa polaridad de sujeto/objeto, sin menoscabo del contexto cultural en el que se desenvuelven, que hay que tener en cuenta tanto en cuanto a variables culturales que pueden modificar los contenidos objetuales como los subjetuales. Sirvan de ejemplo las comunidades científicas que influyen como sujetos operatorios en las direcciones científicas e investigaciones o campos a investigar, de tal modo que el cuerpo de las ciencias se puede ver modificado o alterado por el llamado “espacio gnoseológico”, es decir, por el ángulo de la perspectiva desde la que se habla, (la sintaxis), por el ángulo de la perspectiva del que escucha, (pragmática), y por el ángulo de la perspectiva del que interpreta, (semántica). Voy a poner un ejemplo, antes de seguir adelante, mediante la fórmula de una función de variables: f(x)=y. Si analizamos un producto o resultado “y” en nuestra investigación sobre, por ej., la justicia en España hoy, advertiremos que, dependiendo de la función de variables culturales “f(x)”, tales como puedan ser la Fiscalía General del Estado, las corruptelas judiciales, las ideologías partidistas o intereses pedestres de toda índole, la relación o polaridad entre sujeto/objeto de la investigación jurídica, entre contenidos materiales/formales o la polaridad subjetual/objetual (al intervenir varios sujetos y varios objetos), inclina la balanza de la justicia muy esencialmente hacia un lado o hacia otro, de tal manera que pudiérase afirmar sin la menor zozobra que cada pueblo tiene la justicia que se merece y a la que ha contribuido a labrar con su mecenazgo cultural o iletrado. Este espacio gnoseológico del que venimos hablando no se puede obviar en sus tres dimensiones: sintáctica, pragmática y semántica, porque a cada una de esas perspectivas, desde las que se contemplan las exposiciones científicas en sus proposiciones gramaticales, corresponden otras tantas figuras de las ciencias, como son: Para la perspectiva sintáctica, Figuras de las Ciencias con términos, relaciones y operaciones. Para la perspectiva semántica, Figuras de las Ciencias con referenciales, fenómenos y esencias o estructuras. Para la perspectiva pragmática, Figuras de las Ciencias con normas, dialogismos y autologismos. Tanto los términos como las operaciones y las relaciones, desde la perspectiva sintáctica se hallan implicadas en todas las ciencias, acciones o técnicas. Los términos, de carácter corpóreo, aunque no siempre visible (una onda por ej.) se hallan presentes en toda ciencia confrontada con una realidad tangible. Las operaciones configuran culturalmente esa misma realidad por la acción de los sujetos operatorios. Las relaciones que se establecen entre los contenidos materiales (términos) y los formales (operaciones) surgen como proporcionalidades matemáticas entre el “finis operantis” y el “finis operis”, es decir, entre lo que se “hace” y el fin por el que se hace (lo que se quiere “hacer”), es decir, que la relación entre términos y operaciones no es sino la aplicación atributiva de la parte al todo, el fin de la obra. Pongamos el ejemplo tradicional de la transformación del sílex en hacha musteriense: ¿Qué sucede allí cuando se rompen las lajas de un informe pedrusco? La devastación, (operación), de las lajas, (términos) se está llevando a cabo, proporcionalmente, (relación), al fin de la obra, (hacha), musteriense, (hacha cultural). Relación proporcional, numérica, matemática, entre el “finis operis” y el “finis operantis”, entre lo que se hace y el fin para el que se hace (lo que se persigue hacer). Cada una de estas Figuras de las ciencias, al intersectarse con las demás (nueve combinaciones), aparecen referencias físicas (referenciales), (la ciencia no opera con espíritus ni con quimeras), fenómenos y estructuras esenciales, desde la perspectiva semántica. Aparecen también, ahora desde la perspectiva pragmática, normas o leyes, dialogismos (universalización de la ciencia) y autologismos (fiabilidad del sujeto operatorio en su propia obra. Desde todas ellas: sintácticas, semánticas y pragmáticas, se contemplan tres niveles de materialidad: Primer nivel términos Segundo “ operaciones Tercer “ relaciones El MATERIALISMO FILOSÓFICO sostiene, por tanto, un pluralismo material, frente a los monismos materialistas o idealistas, aunque con distintos grados de materialidad. LA IDENTIDAD SINTÉTICA EN LAS CIENCIAS NATURALES Y EN LAS CIENCIAS HUMANAS. Una ciencia se construye y reconstruye bajo el supuesto de una estructura en partes formales/materiales, con un”progresus” y un”regresus”. Se entiende por regreso aquella unidad mínima desde la que se parte y a la que se ha de volver tantas veces como lo requiera la investigación científica para justificar la dirección en la que uno se halla y el punto de encuentro con el progreso de esa misma investigación en la búsqueda de la verdad científica, que es lo que se persigue en un cierre categorial. Sin embargo, si es cierto lo sostenido en las páginas anteriores sobre la identidad sintética como hilo conductor de la relación de la materia /forma o del sujeto/objeto para despejar una verdad científica, deberíamos justificar del mismo modo la identidad sintética para las ciencias naturales y las ciencias humanas. Pero antes habría que justificar la aparición en la historia de las mismas ciencias como tales y su clasificación en naturales y humanas. En el S. XVII y XVIII con Descartes, Leibniz y Kant, como destacados autores, aparece la Matemática y la Física en el horizonte del conocimiento y su interferencia con la filosofía tal como venía entendiéndose desde la edad media y la escolástica. En el S. XIX, Augusta Comte pone en cuestión la cientificidad de la misma Teología y la Metafísica anunciando el positivismo como el estadio definitivo de la ciencia a la que había que atenerse en adelante. Pues, si bien en el estadio primitivo reinó la Teología en forma mitológica unas veces, como el fetichismo, con atribución de poderes a las cosas animadas, como bosques, fuentes, montañas &c., o en forma de poderes personales, otras, como el politeísmo, o en un Dios único, como el monoteísmo. En el estadio metafísico son las entidades abstractas las fuerzas, esencias o naturalezas mismas las que rigen las conductas y explican los fenómenos. En el estadio positivo el hombre ha dado un salto de gigante, dice Comte, porque ha dejado atrás la ficción y la quimera y se ha adentrado en la realidad positiva con la aprehensión de la experiencia sensible externa e interna captando la constancia de los fenómenos y sus leyes, que es lo que da formulación científica a los conceptos sobre la realidad. Esto dicho brevemente, la historia quedó abierta a nuevas posiciones tales como los neokantianos con las Escuelas de Marburgo y Baden, destacando en la primera H. Cohen con su dosis de ética para toda ciencia (“lógica de las ciencias del espíritu”, lo llamó) de modo que será inconcebible ya una ciencia del Derecho o una sociología, tal como habría sido instaurada por Comte, sin un eticismo, sin un humanismo social, sin un etiquetaje moral. Así quedaron las cosas en esta Escuela después de que E. Cassirer y otros liquidaran el asunto “Kant” eliminando el “Noúmeno” o cosa en sí, como se elimina todo lo oculto al entendimiento (léase metafísica). Serán las formas las que primen la investigación en lo sucesivo hasta quedar la filosofía reducida a teoría del conocimiento La Escuela de Baden, con Windelband y H. Richert a la cabeza, concentra su atención en la distinción de ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu, reservando para estas últimas la indagación de los valores que rigen los actos humanos, y a esto lo llama “cultura” estableciendo así una división de la ciencias en “ciencias naturales y ciencias culturales” porque si bien las ciencias naturales se especifican por sus objetos materiales, también deben especificarse por sus formas, como la significación peculiar que caracteriza un proceso cultural de índole moral. De aquí que el método de interpretación histórica de las ciencias es ineludible. _________________ G. Bueno habla de espacio cosmológico para las ciencias de la naturaleza y de espacio antropológico para las ciencias humanas, culturales o del espíritu, si bien clasificando estas últimas en los tres consabidos ejes: 1- eje circular, donde, como su nombre indica, circula una intercomunicación entre personas individual y socialmente consideradas, como se manifiesta en la Política, la Sociología, la Ética, la Moral o el Derecho. 2- eje radial, donde el radio de acción de esas mismas personas se adentra en un espacio de la esfera que roza lo tecnológico, lo artístico &c. 3- eje angular, en cuyo espacio las relaciones adquieren una fisonomía de nuevo cuño, que podría llamarse nouménica, y que daría lugar a la dimensión religiosa, tan real como las demás. Si las partes y procesos, que implica el análisis de una ciencia, nos envuelven en una complejidad sintáctica, pragmática y semántica, ( por aquello de que todo queda matizado y hasta alterado por los puntos de vista del que habla (sintaxis), del que escucha (pragmática), o del que interpreta (semántica), ello es debido a la solidez o fragilidad con que va apareciendo una urdimbre de términos, relaciones y operaciones que reclaman ser anudados como cierre de una operación científica, de una identidad sintética, en la que la materia se especifica por la forma y la forma por la materia, (ninguna de las dos, materia/forma, han de ser consideradas como entidades exentas, como algunos todavía sostienen en sus exposiciones científicas). Las operaciones, en la medida en que queden neutralizadas por la internalización de la constitución de la malla científica, delatan el grado de firmeza que pueda atribuirse a las ciencias naturales y a las ciencias humanas. Aquí es donde aparecen las dos situaciones siguientes: 1- Situación A 2- Situación B La situación A sería aquella en la que el sujeto gnoseológico pareciera haber desaparecido del campo de la ciencia, (es decir, el hombre, el científico no interviene en su constitución interna, aunque lo haga externamente), y fuera la propia Naturaleza, (Naturaleza, con mayúscula, tal vez el mito de la Naturaleza, que quedaría por dilucidar) la que ejerciera como sujeto operatorio de las ciencias naturales: Física, Química, Biología Molecular. Piénsese en el sistema operatorio de Newton ante la ley de la gravedad. ¿Dicha ley es un enigma de descubrimiento y justificación detrás del cual se ocultaría el verdadero Sujeto Operatorio, que es Dios? En la situación B, sin embargo, el sujeto gnoseológico forma parte del objeto o campo de la ciencia, y aquí las cosas cambian porque el sujeto operatorio cumple dos funciones a la vez: la de sujeto y la de objeto. Es el caso de las ciencias humanas: Etología, Antropología, Ciencias políticas y Económicas &c. Ahora bien, dilucidar el sujeto operatorio tanto en las ciencias naturales como en las humanas, requiere metodologías propias de cada campo: Metodologías a-operatorias Metodologías b-operatorias Es ineludible precisar que en las ciencias humanas el sujeto gnoseológico, o sea, operatorio, no es un sujeto psicológico, cuya presencia representase tan sólo el papel de consciencia o reflexibidad sobre sí mismo, (como sostendría Piaget), sino un sujeto, que aún formando parte del campo en calidad de objeto, es él mismo operatorio con intervención directa en el proceso y en la relación del resultado o cierre, (que no clausura), de la investigación científica. Más aún, si la neutralización de las operaciones es condición necesaria para que la virtualidad de la verdad científica, (mediante la identidad sintética que venimos sosteniendo), fluya entre los elementos que intervienen en el campo y sus relaciones de conexión, entonces las ciencias humanas dejan mucho que desear en cuanto al grado de cientificidad en sus campos y en sus resultados como ciencias. En las ciencias naturales, sin embargo, aunque hay operaciones, son siempre exteriores al campo de constitución interna e inmanente de dichas ciencias. Valga un ejemplo: la constitución de la química como ciencia, como cierre químico, tendrá que atenerse a la tabla periódica de los 173 elementos químicos. Podríamos multiplicar los ejemplos en física o en biología molecular, cuyos parámetros nucleares rebasan en cada campo las intervenciones operatorias de descubrimiento o justificación científica. Detrás de cada posición científica hay una filosofía. Así por ejemplo, en el fundamentalismo cientifista del descripcionismo su visión científica implica una filosofía fusionada con la ciencia en forma de estrecha relación entre ciencia y mundo como totalidad de conocimiento. En el adecuacionismo hay un fondo filosófico de armonía o isomorfismo entre el mundo de las formas y el mundo de las realidades, que se adecúan mutuamente en una simbiosis sustentada por el Supremo Creador del Universo desde el principio de los tiempos. En el teoreticismo la sustantivación de las formas aislada de la materia de las ciencias o la realidad del mundo da lugar a la sustentación de un fondo filosófico de escepticismo o agnosticismo, es decir, que nada sería posible sostener con firmeza en este mundo. En el materialismo filosófico la pluralidad de las ciencias permite la conexión entre los conceptos de sus diferentes contornos o campos científicos rebasando sus ámbitos categoriales (o de cada ciencia, digamos; ya sean conceptos biológicos, físicos o químicos) y dando lugar a las ideas propiamente dichas, que son aquellas de las que se debe ocupar la verdadera filosofía, (sin que tenga nada que ver con la filosofía verdadera). Estas ideas adquieren denominaciones como Causa, Estructura, Fin, Tiempo, Espacio, Libertad, Hombre, Dios, Ciencia, Cultura &c. Por tanto, la filosofía del materialismo filosófico, con sus tres géneros de materialidad (M¡ M¡¡ y M¡¡¡) abarca un campo específico: las Ideas y sus conexiones, su symploké, es decir el entretejido de una malla compleja, que no pretende ni sustantivarse, (hipostasiarse), ni eternizarse como filosofía perennis, sino enraizarse en los procesos evolutivos e históricos por la acción del desarrollo tecnológico y científico, que es de donde salió: es su regresus y su progresus. _________________ Jose Luis______________