viernes, 6 de diciembre de 2013

EL RELATIVISMO CULTURAL

EL RELATIVISMO CULTURAL
José Luis Gómez Fernández
Cuando leí en la prensa asturiana (Nueva España) esta noticia sobre el ciclo de Conferencias en la Escuela de Filosofía de Oviedo (Fundación de Gustavo Bueno), la verdad es que sentí un poco de pelusilla, y me dije !qué cerca estamos los unos de los otros! pero, ante noticias de este calado, Nueva España se lleva el gato al agua y, probablemente, El Diaria montañés no escudriña en asuntos culturales de esta envergadura.
El relativismo cultural hace su acto de presencia hasta en la selección de los editoriales de prensa.
Por eso, creo que es oportuno, en medio del panorama cultural tan mediocre del territorio español, sacar a la luz ciertas vergüenzas que nos harán reflexionar. Espero.
23.10.2013 | 11:53  (fecha de Nueva España)
El martes, día 23, de octubre de 2013 el diario de Asturias, Nueva España, refiriéndose a la 1ª conferencia, de dos horas, comprendida en el Curso de tres más en la Escuela de Oviedo, titulaba así su página principal:
“Gustavo Bueno: "Hay asuntos donde no se puede ser relativo y hay que ser dogmático".
El filósofo abre una serie de charlas sobre la idea metafísica del hombre, que debe ser disociada, afirma, de "las realidades metacósmicas, de la teología"-
Hasta aquí el titular, pero una cita más nos sitúa en la idea confusa (embrollada, dice G. Bueno) que predomina por todas partes a la hora de hablar del “hombre o de humanidad” sin pararse a pensar realmente lo que se está diciendo, por ej. cuando se habla de “derechos humanos”.
(Digamos entre paréntesis que el embrollo se presenta en todos los órdenes en los que no hay claridad y distinción en las cosas de las que se habla o se cree a pies juntillas sin distinguirlas ni aclararlas. Se dice de dos cosas que son claras si las distinguimos unas de otras con claridad (por ej. una televisión de una radio), y decimos que son distintas por la peculiaridad de cada una en su esencia y funciones.....)
 
Cita de Nueva España:
“la idea de humanidad, que asoma tras la Declaración Universal de los Derechos Humanos, nace de la "segregación de los componentes que determinan ese reino del hombre", toda vez que en la definición que allí se propone "no hay ni razas, ni lenguas, ni religión. Queda el hombre desnudo, la idea pura de hombre, y esto plantea problemas porque esa Declaración es la única norma universal que tiene hoy en día la Humanidad".
Ahora bien, si se dan ideas confusas o embrolladas en las que todo aparece revuelto y en un mismo saco, se hará imprescindible aclarar y distinguir unas cosas de otras para precisar con el lenguaje el puesto que ha de corresponderles para no engañar ni engañarnos (que sería un fatal desenlace como diría Nietzsche: “si engañas, al menos no te engañes”)
G. Bueno empieza por citar a Feijoo cuando se refería a lo que era un embrollo, una mezcolanza de cosas (como una sopa), un discurso en el que unas clases de cosas se hallaban intersectadas con otras sin distinción y con confusión entre ellas, como el caos de una enciclopedia donde parece estar allí todo, pero que en realidad lo que procede es poner orden y concierto, recurriendo como mejor método a la lógica clases.
Si el “reino del hombre” le consideramos como una clase dentro de los seres vivientes, deberemos considerar también entre ellos a la clase de las plantas y a la clase de los animales, de modo que dentro de un círculo, (el de los seres vivientes) hallamos otros tres (plantas, animales y al hombre).
Ahora bien, aplicando la lógica de clases y citando a Linneo, que decía que el hombre era una parte o subclase del reino animal, sin menoscabo de ser especies fijas y eternas creadas por Dios, (Letamendi, disconforme con Linneo, sostendría la inmutabilidad y creación del hombre por Dios de la costilla de Eva.
Nos encontramos, entonces, con un mundo cósmico en el que existen todos estos reinos, pero, también nos damos de bruces con reinos extracósmicos. Ahí está la cita de S. Juan que dice: “mi reino no es de este mundo”.
G. Bueno procede a desenmascarar ambos mundos cortando, diríamos, el nudo gordiano. Y lo hace del siguiente modo: si hablamos 1) del reino del hombre, y 2) del hombre histórico, abrazamos dos clases, que se interconectan, sin duda, pero que es necesario disociarlas para desembrollar las confusiones y aclarar los campos de sus limitaciones (lo que hará con el cierre categorial aplicado a las ciencias, al archipiélago de las ciencias, no a la ciencia, siempre abierta a nuevas caracterizaciones).
¿Qué ocurre cuando se nos llena la boca hablando de los Derechos Humanos como si fueran conceptos claros y distintos para nosotros, cuando realmente no lo son?
¿A qué reino pertenecen?, ¿al reino del hombre o al reino del hombre histórico?
La ONU, en la Declaración de los Derechos humanos con 30 artículos, no habla ni una sola vez del hombre histórico, sino de una especie de humanidad abstracta (que no existe, por otra parte) que segrega precisamente lo que compone al hombre como tal, es decir, raza, lengua, religión, cultura, economía etc.
En una palabra, en esa Declaración la idea de hombre no sabe uno cómo cogerla porque se le escapa de las manos; hay que cogerla con pinzas porque el hombre ahí está desnudo. Esto es lo que hay. Que es también lo que ocurre con otras muchas cosas, por ej. cuando se habla de Derecho Internacional o el Derecho de Estrasburgo o el Tribunal de Crímenes contra la Humanidad (Núremberg). ¿Cuáles son sus fundamentos? Como diría Maritain…”con tal que no pregunten por sus fundamentos…”
Sabemos por la experiencia histórica que los fundamentos de estos Derechos se originan en pactos, como ya atestiguaba Baltasar Ayala, asesor de Felipe II, refiriéndose a la fuerza de obligar.
G. Bueno analiza los dos mundos, el Cósmico y el Metacósmico, que, nos guste o no, están ahí y han conformado una larga tradición con coordenadas bien distintas, pero que hay que desembrollar (precisamente porque desempeñan confusión y embrollo), y lo hace tomando postura (“hay que ser dogmático”, dice) y rechazando el llamado “relativismo cultural” (la anécdota del misionero belga y antropólogo, Lenar, con los Canacos, de Nueva Caledonia, es de una plasticidad asombrosa) enfrentándose sin ambigüedad a las estupideces y creencias contradictorias de la ubicación de los canacos cada vez que se convertían en “lagartos”. Por cierto, esto nos insta a que no se debe ser condescendiente ni tolerante (en nombre de una obscura solidaridad que no conduce  sino a una magna insolidaridad cultural y a una  irracionalidad de bobos y analfabetos, como ocurre frecuentemente en el territorio español a la hora de enfrentar cualquier tema y en cualquier debate o cuestión).
Nos encontramos ante dos mundos: el Cósmico y el Metacósmico. El primero (el Cósmico) lo tenemos ahí con las teorías cartesianas que, (siempre me chocó leyendo a este autor), se han reproducido como racionalistas hasta hoy en buena parte de los sistemas filosóficos, como en Kant, Christian Wolff o en reproducciones culturales dualistas y de todas las posiciones en las que se parte de la base de que existe el cuerpo y el espíritu como unidad substancial, como sostenía Descartes en su concepción del cuerpo como máquina, como autómata conductual de estímulo-respuesta (behaviorismo) y el espíritu (glándula pineal) dirigiendo los movimientos y las pasiones. Descartes, sin confesarlo, lo tomó de un médico de Medina del Campo, Gómez Pereira.
Wolff, considerado como el máximo exponente del racionalismo de la Ilustración, se ha caracterizado su influencia por la clasificación y sistematización de la Filosofía en dos grandes ramas: la Teórica o metafísica y la Práctica o el derecho, la ética, la política o la economía; pero, lo que realmente interesa en este contexto en  el que nos ocupamos del Reino del hombre y del hombre histórico, es cómo divide la metafísica en Metafísica General (que trata de el ser en general) y Metafísica Especial: el Mundo, (la cosmología), el Alma (la psicología) y Dios (teología natural). Estas tres ideas: el Mundo, el Alma y Dios no salen a humo de pajas, sino que se configuran con el arrastre del dualismo cartesiano, pero que, desde el materialismo gnoseológico, G. Bueno lo coordina en tres ejes: el radial, el circular y el angular, correspondiéndose, el radial con el mundo cosmológico wolffiano, el circular con el alma o psicología  y el angular con el Dios de la teología natural. La Ontología General wolffiana se corresponde con (M), la materia general, y la Ontología Especial se correspondería en el materialismo gnoseológico con los tres géneros de materialidad (M1, M2 y M3).
Existen, por tanto, dos momentos de desembrollo ante el caos y confusión en los que nos vemos envueltos: el mundo Cósmico, al que nos hemos referido con la influencia cartesiana, y el mundo Metacósmico que desborda aquellos parámetros de las filosofías doxográficas cristalizadas en realismos, idealismos o antropomorfismos.
 
Se trata, entonces, de esclarecer las coordenadas en las que nos movemos en el pensamiento occidental desde una larga tradición que comprende tres pilares fundamentales:
 a) la Vedanta de 1300 a. C, con la imagen del mundo en la figura de un hombre con ojos asombrosos y configuradores de cuanto existe;
 b) los Presocráticos, hacia el 600 a. C. con su posición frontal a una concepción humanista (ej. el Ser de Parménides...y que hasta el NOUS de Anaxágoras no aparece el hombre sino espíritu); y
 c) la Biblia, hacia 700 años a. C, con una concepción del hombre creado a imagen y semejanza de Dios, y la consiguiente historia del pecado original, la rebelión de los ángeles y el anuncio de la salvación de la Humanidad en la Encarnación, Dios hecho Hombre como gran escándalo…
Nueva cita:
“Acotando territorios, hablando de los "embrollos metacósmicos" vinculados con la idea de la humanidad, aparecen en el discurso Adán y Eva, y a través de ellos la idea de "fraternidad universal", que el pensador francés Pierre Lerroux "sustituyó por la de solidaridad, muy en boga ahora mismo", afirma Bueno, y hasta una invitación a la reflexión más o menos en serio sobre la vida extraterrestre al hilo del dogma cristiano de la Encarnación. La pregunta es aquí si Jesucristo "habría venido aunque el hombre no hubiera pecado". O si "fue también a otros planetas", a la vista de que "tiene bemoles", apunta el filósofo, que la Sociedad Geográfica Española haya premiado al astrónomo estadounidense Frank Drake por sus progresos en la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra”.
 
No hago más consideraciones aquí y ahora en espera de la próxima conferencia del lunes, 28 de octubre.
etiquetar en "franja del pensamiento libre"
 
 
 

Antropología de Scheler


ANTRPOLOGÍA DE Scheler

 


 

 


En esta 4ª Conferencia G. Bueno resuelve la cuestión de la idea de hombre repasando las doctrinas paleontológicas, antropológicas y metacósmicas (míticas) para aterrizar en una idea asumida por la historia; más aún, por la historia del pensamiento filosófico remontándose a la política de Aristóteles de la CIUDAD-ESTADO con el zoom politicón, el animal político y sus derivadas. No sin antes derribar la teoría de  Linneo con los  reinos del IMPERIO DE LA NATURALEZA: el vegetal, el animal y el hombre dentro de éste, si bien advirtiendo que el hombre dominará ese imperio. Darwin continúa ese estado linneano, mediando el transformismo de Lamarck y la adaptación supervivencia del mejor.

Menciona a Spencer como el que influyó en la “evolución” (de evolutio del papiro) y origen de las especies de Darwin, siendo así que hay una larga tradición desde Descartes, Malebrance, hasta Leibniz y Kant, de la que es difícil salir airoso de la concepción de un reino de la naturaleza y un reino del espíritu.  

Quien más se acerca a dilucidar la cuestión sobre el “hombre” es, tal vez, Max Scheler, como lo ponen de manifiesto dos obras fundamentales: “el puesto del hombre en el cosmos” y “la idea del hombre y la historia”, de cuyas obras voy a seleccionar unos fragmentos a continuación:

 

Capitulo 1

La primera idea del hombre, idea dominante en los ambientes deístas (judíos y cristianos), no es un producto de la filosofía y la ciencia, sino una idea de la fe religiosa, un resultado complejísimo del judaísmo religioso y sus documentos, sobretodo del antiguo testamento y del evangelio.

El pecado del hombre seducido por un ángel caído, libre e independiente.

Dentro de este marco judeo-cristiano, pueden evidentemente manifestar su influencia histórico-filosófica varias antropologías teológicas; como también esta antropología de la fe cristiano-judaica ha producido una gran cantidad de exposiciones históricas y perspectivas de la historia universal.

Y este otro: “El pensamiento histórico dominante “del” hombre, tal como lo formulamos diez veces a diario, procede de una ley genética muy distinta.

En consecuencia del pensamiento de Dios, ya presupuesto, y de la doctrina del hombre como imagen y semejanza de Dios”.

Capitulo 3

La tercera ideología sobre el hombre es la de las teorías “naturalistas”, positivista y también “pragmatista”, todas las cuales quiero designar con la breve fórmula del homo faber.

Esta doctrina empieza por negar una “facultad racional” separada, específica en el hombre. No hay entre el hombre y el animal diferencias de esencia; solo hay diferencias de grado. En el hombre, según esta teoría actúan los mismos elementos, las mismas fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos; solo que con consecuencias más complejas. Y esto es cierto en el sentido físico, en el psíquico y en el “noético”

Toda el alma, todo el espíritu ha de comprenderse por los instintos y las sensaciones y sus derivados genéticos.

Así, pues, el hombre no es, en primer término, un “ser racional”, un homo sapiens, sino un ser instintivo.

Capitulo 4

Lo radical de esta nueva antropología y de esta nueva teoría de la historia consiste en que se coloca en oposición extrema a la creencia común de toda la antropología, de toda la doctrina histórica usada en Occidente.

En esta idea existe la una necesaria afirmación a la decadencia del hombre durante esa llamada “historia”, que dura desde hace diez mil años.

Esta idea del hombre afirma que la decadencia está en la esencia misma y origen del “hombre”.

Esta antropología dice que el hombre es un desertor de la vida, que habiendo exaltado morbosamente el sentimiento de su propio ser, se vale, para vivir, de meros sucedáneos, sustitutivos de las auténticas funciones y actividades vitales, capaces de desarrollo; es un viviente que ha desertado de la vida, de sus valores fundamentales, de sus leyes, de su sentido “sagrado”, cósmico.

La nueva doctrina, según Theodor Lessing, formula lo siguiente: el hombre, esto es, un simio fiero que, poco a poco, ha enfermado de megalomanía, por causa de sus “espíritu”.

 

Capitulo 5

Esta idea encumbra la conciencia, que el hombre tiene de sí mismo, a una altura tan escarpada, soberana y vertiginosa, que tampoco se encuentra en ninguna doctrina conocida. El punto de partida emocional de esta teoría es el “asco y el rubor doloroso” con que Nietzsche, en Zaratrustra, caracteriza al hombre, pero que no se produce hasta que se le compara con la refulgente figura del “superhombre”, del único responsable, presto a asumir gozoso toda la responsabilidad, del creador, del que da sentido a la tierra, del único que legitima cuanto llamamos humanidad y pueblo, historia y acontecer cósmico.

Hasta aquí “la idea del hombre y la historia”.

El siguiente fragmento es de “el puesto del hombre en el Cosmos”

 

“Si se pregunta a un europeo culto lo que piensa al oír la palabra "hombre", casi siempre empezarán a rivalizar en su cabeza tres círculos de ideas, totalmente inconciliables entre sí. Primero, el círculo de ideas de la tradición judeocristiana: Adán y Eva, la creación, el Paraíso, la caída. Segundo, el círculo de ideas de la antigüedad clásica; aquí la conciencia que el hombre tiene de sí mismo se elevó por primera vez en el mundo a un concepto de su posición singular mediante la tesis de que el hombre es hombre porque posee "razón", logos, frónesis, ratio, mens, etc., donde logos significa tanto la palabra como la facultad de apresar el "qué" de todas las cosas. Con esta concepción se enlaza estrechamente la doctrina de que el universo entero tiene por fondo una "razón" sobrehumana, de la cual participa el hombre y sólo el hombre entre todos los seres. El tercer círculo de ideas es el círculo de las ideas forjadas por la ciencia moderna de la naturaleza y por la psicología genética y que se han hecho tradicionales también hace mucho tiempo; según estas ideas, el hombre sería un producto final y muy tardío de la evolución del planeta Tierra, un ser que sólo se distinguiría de sus precursores en el reino animal por el grado de complicación con que se combinarían en él energía y facultades que en sí ya existen en la naturaleza infrahumana. Esos tres círculos de ideas carecen entre sí de toda unidad. Poseemos, pues, una antropología científica, otra filosófica y otra teológica, que no se preocupan una de otra. Pero no poseemos una idea unitaria del hombre. Por otra parte, la multitud siempre creciente de ciencias especiales que se ocupan del hombre, ocultan la esencia de éste mucho más de lo que la iluminan, por valiosas que sean. Si se considera, además, que los tres citados círculos de ideas tradicionales están hoy fuertemente quebrantados, y de un modo muy especial la solución darwinista al problema del origen del hombre, cabe decir que en ninguna época de la historia ha resultado el hombre tan problemático para sí mismo como en la actualidad”.

 

sábado, 5 de octubre de 2013

CAPÍTULO 2 (SYMPLOKÉ)


LA DIMENSIÓN  PSICO-BIOLÓGICA DEL HOMBRE

 

CAPÍTULO 2. –EL HOMBRE Y SU MUNDO

 

2.1.    El hombre darwinista

2.2.    Genética y evolución

2. 2.2.La especie humana

2.3.    La idea de hombre

2.3.1. El espacio antropológico y la cultura humana

2.3.2. La idea de ceremonia y las acciones humanas

2.4. Actividades y Ejercicios

 

 




 


Arnold Gehlen, filósofo y sociólogo alemán de principios de siglo XX, en su obra “El hombre, su naturaleza y su lugar en el mundo”, parece habernos hecho caer en la cuenta de que la antropología filosófica, que literalmente significaría =tratado del hombre, no constituye una ciencia exenta porque no hay un ser humano independiente de otras ciencias que dicen ocuparse también de él, como la psicología, la sociología la lingüística o la zoología. Kohler, un etólogo, ha estudiado la inteligencia de los chimpancés y nos ha proporcionado resultados asombrosos a este respecto.

¿Cómo podemos abordar el título de un libro de Max Scheler: “El puesto del hombre en el Cosmos? ¿O qué decir de la naturaleza humana? ¿No será demasiado precipitado hablar del hombre acá y allá como si supiéramos con seguridad de qué estamos hablando?

A quien preguntáramos hoy ¿qué es el hombre?, seguramente nos saldrían por peteneras en sus respuestas, y casi todas de carácter moral: que si es el ser más perverso de cuantos cabe sospechar, capaz de matar a sus propios hijos, hasta el ser más bondadoso y altruista de cuantos cabe imaginar.

Esta es la razón por la que al hablar de EL HOMBRE Y SU MUNDO es imprescindible recurrir a la Etología, a la Biología, la Bioquímica, la Ecología &c. y ver con visión filosófica qué hay allí en su estructura interna que pueda proporcionarnos alguna pista organizativa que prefigure todo un proceso de la cadena del ser vivo anterior incluso a la aparición de lo que culturalmente llamamos “hombre o humanidad”.

 

Selecciono un fragmento de Aristóteles, aquel fragmento de “De partibus animalium” donde dice: ‘Anaxágoras afirma con certeza que es la posesión de manos lo que hace al
hombre el más inteligente de los animales; pero seguramente, el punto de vista más
razonable es que el hombre tiene manos precisamente porque es el más inteligente'.

Aristóteles parece retorcer el argumento del presocrático Anaxágoras (S.V a. de C) que había supuesto que en la evolución las manos libres causaron (así de contundente) la inteligencia en el hombre; a lo que él contrapone que fue la propia inteligencia la que causó el logro de las manos libres. La diferencia conceptual es abismal: para Anaxágoras hay un orden natural integrador de la inteligencia; para Aristóteles es la inteligencia la que integra la naturaleza. Está en ciernes aquí el problema de la naturaleza y la cultura: ¿qué es lo natural y qué es lo cultural?

 

2.1. El hombre darwinista

 

“Cuando se publica El Origen de las Especies de Darwin empezaba a gestarse
una de las revoluciones más importantes en el desarrollo de las ciencias.

Darwin ofrecía un enorme cúmulo de datos que evidenciaban la evolución de los organismos.
La inflexión central de esta evidencia residía en que Darwin demostraba las causas de la
evolución de todos los seres existentes, explicación que no era otra que la Teoría de la
Selección Natural.   
Con su teoría, Darwin hacía ingresar el mundo orgánico en el mismo contexto
explicativo del resto de los fenómenos naturales. Los organismos naturales, a partir de
este momento, podían considerarse, como cualquier otro fenómeno natural, desde una
escala estrictamente científica, y abandonaban, en gran medida, el reino de las
explicaciones obscurantistas y místicas, que podemos denominar o agrupar como teorías
creacionistas.






La Selección natural parte de un hecho incontrovertible: existen toda una
amplia gama de variaciones hereditarias (aunque Darwin desconocía los mecanismos
de estas variaciones; pues aún las teorías de Mendel tardarían en imponerse) y sólo una
tasa muy baja de individuos llega a reproducirse; la mayoría mueren sin llegar a tener
ningún tipo de descendencia. A partir de estos hechos Darwin arguye que: existen
ciertas variantes hereditarias que serán más ventajosas que otras para los organismos
que las posean. Estas variantes ventajosas aumentarán la probabilidad de reproducción
de sus portadores y, al cabo de cierto tiempo, a través de la acumulación y combinación
progresiva de tales variantes, se llevará a cabo una transformación gradual de los
organismos. La selección natural elimina, así, las variantes desventajosas y facilita la
implantación de las variantes beneficiosas”.


COMENTARIO

Desde luego, la pregunta ¿qué es el hombre? ya no puede hacerse ingenuamente sin recurrir a Darwin (no a la Biblia) y engarzar la evolución de los organismos a la gran cadena de la evolución de todos los fenómenos naturales. Si a esto se añade la “selección natural” como la causa científica más proporcional a la reproducción de los más aptos, y la transformación gradual de los organismos dentro de las variantes, se obtiene una “teoría científica” de la evolución, cuyos precedentes los encontramos en Lamarck (1744-1829), quien, al sostener que las especies, incluyendo al hombre, descienden unas de otras y además que los organismos se hallan en mutua interacción con la naturaleza y con el medio, rompió por primera vez con la tradicional teoría bíblica de que las especies eran fijas en número y variedad, y habían sido creadas por Dios.

Desde ese momento la ciencia biológica se ciñe al estudio del ser vivo como un todo complejo, y que Darwin, junto a Wallace, centra en la selección natural como el mecanismo de la evolución aportando hasta el registro fósil para demostrar el cambio continuo y gradual y no por saltos en la lucha por la supervivencia seleccionando ciertas cualidades hereditarias que se transmitirían a favor de una pangénesis o herencia de caracteres (gémulas o partículas genéticas de trasmisión hereditarias) que explicarían las variaciones en interacción con el medio natural.

Parece, sin embargo, que el propio Darwin admitía que las leyes que rigen la herencia son, en su mayor parte, desconocidas.

2.2. Genética y evolución

“G. Mendel, en 1866, con sus experimentos sobre guisantes (Pisum sativum)
sentaba las bases firmes de la Genética, en función de las cuales la herencia podía ser
explicada con perfecta claridad. Sus resultados, sin embargo, quedaron relegados al
olvido hasta comienzos del s. XX. (el caso de Mendel constituye uno de los ejemplos
más atractivos a estudiar desde la Historia de las Ciencias), cuando Hugo de Vries, C.
Correns y E. V. Tschermark, de forma casi independiente, redescubren los principios
mendelianos, y se produce un espectacular y progresivo desarrollo de la Genética que
perdura hasta nuestros días.

A partir de ese momento, las variaciones hereditarias se explicaban a través de procesos mutacionistas


COMENTARIO

A partir de Mendel las variaciones hereditarias se explican por procesos mutacionistas, por azar, no por finalidad, a pesar de que algunos todavía se esfuerzan en prodigar teorías teleológicas como si se obedeciera a un diseño previamente establecido por un misterio finalista de estirpe sobrenatural, (tal fue el punto omega de T. de Chardin o teorías ortogenéticas (regulación de los nacimientos) o nomogenéticas (con normas preestablecidas).


2.2.1. La nueva síntesis

 

La moderna teoría de la evolución cambiaría, ampliando y ajustando sus
perfiles, la teoría mutacionista; ésta no se considera ya como un proceso al azar que
conduce a la evolución, pues la selección natural, la selección por la supervivencia, es
un factor antiazar. Modo de considerar la cuestión que tendrá su primer exponente firme
en T. Dobzhansky que en su libro Genetics and the Origin of Species (1937) daba una
síntesis de la teoría de la herencia en relación con la selección natural.

COMENTARIO

Más tarde, la teoría de los cromosomas de la herencia, la genética de poblaciones, la Botánica y hasta la Paleontología refuerzan la teoría de la evolución, y no digamos hoy con la Biología molecular que detecta con precisión las mutaciones acumuladas en esa variedad genética que existe en las poblaciones y explica la regulación de la selección natural hasta convertir un tipo genético dominante porque actúa favoreciendo las variantes más beneficiosas para el individuo.

Como señala S. Wright, uno de los fundadores de la genética de las
poblaciones:
"el proceso darwiniano de continua interrelación entre un proceso aleatorio y
otro selectivo no es un camino medio entre el puro azar y el determinismo
absoluto, sino una vía de consecuencias entera y cualitativamente diferentes de
la de ambos".

2.2.2. La especie humana

“En su libro On the Origin of Species Darwin se refiere una sola vez,
escuetamente, a la relación del hombre con el resto de los animales, y señala que sus
trabajos "podrían esclarecer el origen del hombre y su historia". Aunque no explicitara
que el hombre era un producto más de la evolución, y no de la creación divina, esta idea
subyacía en toda la obra. Así, cuando en 1871 publica The Descent of Man, confiesa su
preocupación por las posibles repercusiones que pudiera tener esta obra. Pero los
nuevos datos anatómicos, geológicos, arqueológicos... daban a Darwin suficientes
elementos para construir sólidos argumentos que pudieran constituir una réplica al
relato bíblico de Adán y Eva (hay que tener en cuenta que tal argumento era defendido
incluso por personas de alta consideración intelectual: el arzobispo Ussher llegaba
incluso a fechar la creación en 4.004 años a. de C.)”.

COMENTARIO

Malos tiempos para que Darwin publicara en 1871 “el descendimiento del hombre” como réplica al relato bíblico. La Iglesia velaba con ojos inquisitoriales.

Hoy, el descendimiento del “Homo sapiens” en la historia del planeta aparece meridianamente clara desde hace aproximadamente 4500 millones de años, y la vida 3000 millones de años. Y, si dentro de estas macrocifras nos ponemos a pensar que las plantas y vertebrados aparecen solo hace 500 millones y los mamíferos hace 200, nos asentamos en la evolución de los mamíferos tras la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones, y la línea que conduciría al hombre sería el grupo de los primates que comprende a los monos y al hombre; entre los primeros hay una larga lista de prosimios arborícolas, lémures, platirrinos &c. y éntrelos segundos estarían los antropoides, nuestros parientes vivos más  cercanos, y en esa línea se encontrarían los homínidos y el homo sapiens.

El modo de operar en esta investigación se hallaría clasificada en etapas:

1)- fósiles prehumanos (30 millones de años)

2)- primeros restos humanos (Australopitecus- 4 millones de años)

3)- fósiles humanos (homo habilis y homo erectus (entre 700 y 900cm3)

4)- nuestra especie (Homo sapiens (cerebro de1450cm3): es el hombre de las cavernas, cultura musteriense, instrumentos de piedra y el uso del fuego de forma continua.

5)- el Homo sapiens (es la transición del Neanderthal al sapiens,-Cromañón- Viven de la caza, recolección y rebaños de renos. Lascaux y Altamira son dos de sus santuarios.

 

2.3. La idea de hombre

 

“Hasta este momento hemos ofrecido, de forma esquemática, una serie de
materiales, de las más diversas ciencias (Biología, Ecología...), apoyándose en los
cuales se intenta ofrecer unas explicaciones categoriales sobre el origen del hombre o el
proceso de hominización. Lo normal es tomar un rasgo, por ejemplo, el aumento del
volumen craneal, a partir del cual se saltaría a la reflexión; o bien tomar el bipedismo
como línea divisoria, a partir de la cual se podría hablar ya de hombre, etc. Este tipo de
argumentación explicativa se fundamenta en seleccionar una parte o rasgo (por ejemplo
el bipedismo) y elevarlo a rasgo totalizante que explique la aparición del Hombre y el
resto de los rasgos que le caracterizan. Si examinamos el hecho, por ejemplo, de cómo
se llegó, hacia 1830, al reconocimiento de una época "prehistórica" (y por tanto a un
sistema cronológico que situase la aparición del "hombre"), vemos que Thomsen al
publicar en Copenhague (1836) su "Guía de las antigüedades nórdicas" toma como
criterio de demarcación de lo "humano" la industria lítica (Thomsen establece la clásica
división: piedra, bronce e hierro).
Sin embargo, lo que denominamos Hombre comienza a ser reconocido como
tal muy tardíamente, hacia el Magdaleniense o el Neolítico”.

COMENTARIO

Queda claro que la línea de demarcación para aislar la idea de hombre y atenerse a una antropología filosófica hay que reunir materiales y relaciones de conexión interna entre los puedan llamarse humanos y que constituyan el material antropológico propiamente dicho, así como la capacidad craneana o la acción del pulido de una piedra &c.

 

2. 3. 1.- El Espacio Antropológico y la Cultura Humana

 

“La Cultura humana se nos presenta como un tejido de relaciones entre los
hombres, relaciones que ya estaban, en su mayor parte, presentes en las relaciones entre
los animales (en bandas de primates o de homínidos) y que, en los procesos evolutivos,
al confluir entre sí, empiezan a funcionar en un plano nuevo, de tal forma que este plano
nuevo posea una explicación causal propia y autónoma.

Por tanto, para hablar de algún rasgo como humano debemos establecer una
escala, a partir de la cual pueda configurarse algo como material de los ejes an-
tropológicos, esta escala es la individualidad orgánica desde la que se perfilan las
operaciones manuales. La fabricación de un hacha musteriense incluye las manos del
hombre, y en el caso límite (creación del primer hacha) es necesario tener en cuenta la
adecuación del canto a la mano, también incluye un sistema nervioso capaz de dirigir
los movimientos de la mano, la percepción del hacha, etc. Esto nos conduce a
considerar, a su vez, la existencia de un proceso previo de adaptación a los objetos tanto
a una escala dada como a una forma determinada. Será, entre otras causas (adecuación
de los músculos supralaríngeos para el habla...), esta operatoriedad que abre las manos
lo que permitía al homínido despegarse, de manera progresiva, de estructuras y
condiciones impuestas por el medio geográfico, ecológico, e incluso social, y alcanzar
la posibilidad de construir estructuras casi semejantes a las anteriores en cuanto a
solidez y permanencia se refiere (por ejemplo rituales, míticas...).
La Cultura humana frente a la cultura, pongamos por caso, de los chimpancés,
la haríamos consistir en el incremento progresivo de la cultura extrasomática -
normalizada- (la cultura objetiva: lanzas, trampas, máquinas, calles, ciudades...) frente a
la disminución, como agente principal, de la cultura intrasomática (que serían
contenidos culturales que dependen de ciertos automatismos conductuales: tanto pueden
ser automatismos por herencia como automatismos instaurados por aprendizaje). La
cultura extrasomática implica internamente, como es fácil ver, la presencia de un plan
en la actividad operatoria de los sujetos; es decir, implica programas operatorios que
perfilen, delineen y configuren las actividades de los hombres sobre los objetos. Debe
existir una serie de pautas fijas que hagan factible la reproducción de las acciones y,
consecuentemente, de los objetos, pautas que se institucionalizan en normas. La
modificación y transformación de los objetos sólo es posible cuando en la operación
actual yo recuerdo las operaciones que debo realizar para reproducir un determinado
objeto (lo cual nos remite a un enclasamiento de los objetos, es decir, objetos que se
encuentran organizados y, por tanto, enfrentados y diferenciados respecto a otras clases
de objetos.)”.

COMENTARIO

Si este capítulo 2 comienza por comprender  en su epígrafe “al hombre y su mundo”, lo hace desde el principio  precipitándolo al mundo de la evolución darwinista y al mundo animal de los antropoides, como se ha visto en 2. 2. -Genética y Evolución, o en 2. 2. 2. –La Especie Humana o en 2. 3. –La Idea de Hombre.

Aquí, en 2. 3. 1. –El Espacio Antropológico y la Cultura Humana se habla de la cultura humana como si de relaciones entre los hombres se tratara, sin perjuicio de las relaciones  entre los animales (bandas de primates o de homínidos), y sin menoscabo de la aparición de nuevos rasgos de relación en el proceso mismo de la evolución, como por ej. la fabricación del hacha musteriense, en donde, además de aparecer una piedra labrada en lajas, aparece una finalidad que indica ya el trazado de pautas fijas o normas por las que ha de regirse en el futuro para su reproducción (que es lo que se llama cultura extrasomática, es decir, que se despega del mecanismo autómata intrasomática de reproducción natural como la formación de un arrecife de coral o las celdillas hexagonales de las abejas o el nido de los pájaros). Se trataría de apreciar un progreso de finalidad y de perpetuación de la especie humana por otros medios que los automatismos innatos de los animales. Con esta precisión estamos dentro del Espacio Antropológico, sí, pero habría que describir esas relaciones, que llamamos ya culturales, como flujos que se mueven en tres direcciones o ejes: a) eje circular, como podrían ser las relaciones sociales, lingüísticas; b) eje radial, como podrían ser las que se refieren a su contacto con la naturaleza para sobrevivir (la tierra, el aire, el agua o el fuego, en referencia a los presocráticos); c) eje angular, que viene a ser un tipo de relación que necesariamente se enmarca desde la primitiva aparición del hombre en estrecha unión con los animales (como entidades de aproximación y de temor).

 

2.3.2. La Idea de Ceremonia y las acciones humanas

“Todas estas acciones humanas que se despliegan a lo largo del tiempo y que
constituyen el tejido de la vida humana con infinitos movimientos, acciones,
operaciones, hemos tratado de buscarles mecanismos internos, para hacer ver que, en su
mayor parte, no son algo caótico, sino que siguen un ritmo pautado organizado en torno
a ciertas figuras que nos describen el hacer, la praxis misma de la vida humana. Estas
figuras del hacer humano podrían ser designadas bajo el concepto de Ceremonia. La
ceremonia sería una determinación general de la vida humana, quizás la única, que
podría justificar la existencia de una Antropología General”.

COMENTARIO

Da la impresión de que con este apartado podría justificarse un estudio específico de lo que cabría entender por  antropología como ciencia exenta, es decir, apartada de otros conceptos que pudieran acaparar otras disciplinas como la psicología, la sociometría etc. quedando, entonces, ceñida a las Ceremonias, que cifrarían su estudio en ciertas normas o pautas de grupos humanos en distintas civilizaciones determinando ese look o aspecto civilizatorio en pautas regladas que conducen a sus miembros por canales casi irreversibles e incorregibles.

 

TEXTO

“La visión de la vida humana desde una perspectiva ceremonial permitiría, por
ejemplo, establecer demarcaciones precisas con los rituales zoológicos, aunque tengan
que ver, incluso causalmente, con ellos. Las ceremonias representan en la vida de los
hombres algo similar a lo que los rituales representan en la vida de los animales.
Para diferenciar ambos procesos, ceremonias/rituales, no cabe invocar el
manido criterio genérico de la herencia genética y la herencia cultural, por aprendizaje.
También las rutinas (o rituales) animales son el resultado de procesos de aprendizaje. Es
bien conocido el caso de Imo, una hembra de macaco de año y medio de edad, que hizo
un sensacional descubrimiento al lavar con las manos uno de los embarrados boniatos
en el agua de un arroyuelo. Aquí empezó un proceso que haría famosos a los macacos
de la isla Koshima. A la semana siguiente también lo hizo uno de los compañeros de
juego de Imo; a los 4 meses lo hizo también la madre de Imo, y 4 años después quince
de los 70 integrantes de la banda lavaban las batatas. Esta ceremonia culinaria de
macacos sería muy semejante, en lo esencial, a las ceremonias culinarias de los humanos. Además, muchas secuencias consideradas como ceremonias, propias de
pueblos pertenecientes a culturas diferentes pueden atribuirse a una base genética
pre-programada y da pie a Eibesfeldt para afirmar que: "cuando encontramos en los más diversos grupos humanos patrones de
comportamiento que coinciden hasta en los detalles, podemos suponer que se
trata, con gran probabilidad, de modos de comportamiento innatos, a menos que
el comportamiento se base en iguales confluencias conformado-ras del medio (i.
e, que sea protético) lo que se puede descubrir en la mayoría de los casos" (El
hombre pre -programado)”.

COMENTARIO

El etólogo, Eibesfeldt, dice que ciertos comportamientos que llamamos innatos obedecen también al hecho de que el medio refuerza el comportamiento o, lo que es lo mismo, el comportamiento se corresponde con el medio, y si cambia el medio, cambia el comportamiento.

 Arnol Toynbee en su “Estudio de la Historia”, al definir y enumerar las grandes civilizaciones y explicar su génesis, crecimiento y colapso, dice que el proceso civilizatorio es la respuesta a un medio hostil sin solución de continuidad dialéctica de retos y cambios hasta que una disgregación por falta de unidad social acaba con ella. Es lo que puede pasar con la fantasía secesionista de un Imperio o una Nación.

Esta es la razón por la que el “hombre ceremonioso” define mejor que ninguna otra la línea de demarcación entre lo que entendemos por Antropología y Etología, entre Cultura y Naturaleza, entre Hombre y Animal precisamente por la ocupación que se circunscribe a un territorio o a un mapa cartográfico del mapamundi.

Ahora bien, existen múltiples tipos de ceremonias.

Resumo las del texto:

a) ceremonias unipersonales (un paseo solitario, meditación, etc.).
b) ceremonias multipersonales (saludar, arengar, un torneo, un banquete, un
espectáculo, etc.).

Desde los 3 ejes del espacio antropológico habría:
a) ceremonias circulares que se corresponden con el “agere”, latino, (una sesión de
apertura de un congreso, una representación teatral, una clase magistral, etc.).
b) ceremonias radiales que se corresponden con el “facere”, latino, (cocinar, fabricar un
mueble normalizado, la vendimia, etc.).
c) ceremonias angulares, en ellas los actores humanos entran en juego con
animales (una cacería, un sacrificio ritual, una corrida de toros, etc.).

domingo, 29 de septiembre de 2013

RECAPITULACIÓN DEL CAPÍTULO 1: EL SABER FILOSÓFICO


No estoy seguro de haber llevado a cabo con claridad y transparencia, al menos para el público que me lo solicitaba, ese breve resumen del primer capítulo de SYMPLOKÉ: EL SABER  FILOSÓFICO, pero, necesariamente he tenido que ceñirme a los textos y, a veces, al vocabulario específico de la filosofía, con términos griegos. Si bien es cierto que quienes me pidieron ese comentario, solo tienen el recuerdo de haber estudiado filosofía en el Bachillerato, y ya es suficiente si han sentido la necesidad de ampliar conocimientos de esa índole.

La visión global de SYMPLOKÉ hay que enmarcarla en cuatro dimensiones: 1) la psico-biológica del hombre; 2) la lógico-racional; 3) la socio-estatal y 4) la trascendental.

A todas ellas les ha precedido EL SABER FILOSÓFICO, que ha tratado de situar el CONOCIMIENTO dentro de la larga evolución de la especie humana con sus connotaciones y desviaciones del recto saber según la primitiva concepción griega: saber como “ciencia” (“episteme”, en griego).

Por ello, se  ha hecho hincapié en que el conocimiento, ante todo, ha de ser crítico, es decir, no conformarse con la aceptación de las cosas tal como se nos aparecen, sino someterlas a una criba (Cicerón decía: ¡ojo! Se tiende más fácilmente a creer que a juzgar (“credere plus quam  judicare”)), de ahí que aparezcan los planos inclinados de los mitos, la magia, la religión y la pseudociencia o la pseudofilosofía, que  perduran hasta en nuestros días.

He apuntado el primer teorema de Tales de Mileto como el primer apuntalamiento científico, a través de la Geometría, y la filosofía que se desprende de él, como saber de segundo grado, puesto que lo que sucede allí no es más que una demostración que (a fortiori) se impone como una necesidad imperiosa a toda inteligencia humana sin que intervenga nada más que la naturaleza de las cosas, tal como son, como si el sujeto-operador fuera ella misma al margen de la regla y el compás, y que terminamos por declararlas “ciencias naturales” por oposición a aquellas otras en las que el operador (el sujeto) no es la “naturaleza”, sino el hombre mismo, objeto de ese estudio, como por ej. en las ciencias sociales (la historia, la antropología, la psicología…) en donde el operador (el sujeto, el hombre) es, él mismo, objeto de su estudio constantemente, (en la historia él es sujeto y objeto de esa historia; en la antropología y en la psicología sucede lo mismo).

En cuanto a las ciencias naturales hablamos de “a-operatorias”, y en las sociales, de “b-operatorias”.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 1 DE SYMPLOKÉ: EL SABER FILOSÓFICO


SYMPLOKE     

 


Comienzo reproduciendo el programa del manual SYMPLOKE con 18 Temas desde el 1: EL SABER FILOSÓFICO (I) hasta el 18: EL SENTIDO DE LA VIDA HUMANA: EL PROBLEMA RELIGIOSO (18).

 En la INTRODUCCIÓN los autores de SYMPLOKE dejan explícita la intención que les ha llevado a la confección del libro en el año 1987.

Despejan desde el principio la significación de la palabra griega “symploke” llevándola operativamente a la práctica en todo el desarrollo del texto, como fácilmente podrá advertir el lector.

TEXTO DE LA INTRODUCCIÓN

“Symploke significa tejer y destejer la compleja urdimbre de nuestras representaciones intelectuales, a la altura de cada época histórica, y ha sido, es y será́ siempre la tarea fundamental de la filosofía. Las hebras del conocimiento, que se enmadejan en su seno, se hallan en perpetuo estado de renovación y reciclaje. Sobre el gran zócalo de la cultura griega, la civilización occidental se ha empeñado trabajosamente en erigir estructuras estables y definitivas que los vientos huracanados de la cultura arruinan, sin compasión, en breve”.

 

SUMARIO DEL TEMA 1

 

EL SABER FILOSÓFICO

1. 1.     EL CONOCIMIENTO EN LA EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HUMANA

1-2       TIPOLOGÍAS ESTRUCTURALISTAS DEL CONOCIMIENTO

1-3      LA EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y SUS CLASES

1-4      EL IMPACTO DEL CONOCIMIENTO CRÍTICO EN LOS SABERES PRECIENTÍFICOS

1. 5     EL SABER CIENTÍFICO

1-6      EL SABER FILOSÓFICO Y SUS TRANSFORMACIONES

 

 

 

Capítulo 1- EL SABER FILOSÓFICO

 

TEXTO

1.     "La filosofía no ha existido siempre. Su nacimiento suele localizarse en la antigua Grecia y fecharse históricamente en el siglo VII antes de nuestra era. Ha sido una tarea estimulante a la que se han entregado algunos hombres durante casi tres milenios, impulsados, la mayoría de las veces, por el deseo de llegar a una concepción unitaria del universo y del puesto que ocupamos en él”..

2.      

COMENTARIO- Si bien es cierto que hay fecha histórica del saber filosófico, no es menos cierto que el impulso a ampliar el conocimiento, para, al menos, abastecer las necesidades primarias de supervivencia, ha existido siempre, y probablemente Aristóteles percibió tempranamente ese hecho como “impulso al saber” o “amigo de saber”, como indica la palabra filo-sofía.

 

TEXTO

Verdadera filosofía / Filosofía verdadera

 

 “Esta distinción tiene que ver con la que se establece, en álgebra, entre verdaderas fórmulas (las que cumplen las reglas sintácticas de construcción) y falsas fórmulas. Una verdadera fórmula puede ser una fórmula falsa: «3 + 5 = 9» es una verdadera fórmula, pero es falsa aritméticamente; «3 + √ [raíz cuadrada] = 9» es una falsa fórmula, una pseudo-fórmula o un sinsentido. Una filosofía que carezca de una doctrina firme, pongamos por caso, sobre la Libertad, sobre las Religiones, sobre la Cultura, sobre la Ciencia, sobre el Estado, sobre el Hombre, sobre la Pena de Muerte, sobre Dios, &c. no puede ser llamada verdadera filosofía (sin que con esto queramos decir que la filosofía que proponga doctrinas firmes sobre estos puntos u otros similares sea una filosofía verdadera)”.

 

COMENTARIO

             Aquí se plantea el método filosófico en comparación con el método científico. Para ello se empieza por invitarnos a comparar una verdadera fórmula algebraica con una fórmula verdadera. La 1ª aparenta estar bien construida....y la 2ª, además de eso, conduce a la verdad.

 

Algo parecido sucede con filosofías aparentemente presentables pero que en realidad carecen de solidez y firmeza. Platón consideró la verdadera filosofía con la académica, precisamente por utilizar el método filosófico, que es un proceso que va de los fenómenos a las esencias de las cosas, por ej. de los fenómenos de las creencias (pistis) a las esencias (episteme)

 

Este recorrido que llama "progressus y regressus" es similar en su estructura al método científico; sin embargo, son métodos distintos. El método científico se cierra en una categoría científica, sea ésta ciencia química, física o matemática. El método filosófico se halla envuelto por "ideas" objetivadas a través de esas ciencias precisamente (no a inventario nuestro).

 

“Pero regresando a su vez, a partir de las categorías, a ciertas Ideas presentes en ellas y trabadas entre sí en una symploke [54] que no es precisamente formulable siempre en la figura de un cierre. No obstante, esto no excluye que en las llamadas «disciplinas filosóficas» (Antropología, Filosofía natural, Filosofía moral, &c.) puedan advertirse configuraciones o «círculos de Ideas» análogos (regressus/progressus) a los círculos cerrados constitutivos de las «disciplinas científicas”.

 

 

1-1           EL CONOCIMIENTO EN LA EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE HUMANA

1-2            

TEXTO

“Nuestro conocimiento del universo se ha rectificado constantemente desde que los griegos, por primera vez, lanzaron arriesgadas conjeturas acerca de su naturaleza y composición. Pero muchos de los problemas que plantearon conservan aún el vigor y la lozanía de sus orígenes: las maravillas del universo nos siguen fascinando y la confesión socrática de nuestra ignorancia sigue siendo el principio de toda sabiduría y de toda investigación…”

            

COMENTARIO           

 “De pasión del conocimiento”  hablan otros, lo que puede hacernos caer en la tentación de que el “conocimiento” está ahí, como una substancia,  (aunque oculto para unos), y que alguien le tiene y hay que perseguirlo positivamente cual imitador de un SUJETO OMNIESCIENTE que posee el conocimiento del pasado, el presente y el futuro. Esa es la coincidencia del Dios del catecismo cuando se define a Dios como un Ser infinito, sabio, todopoderoso y conocedor del bien y del mal.

Sin embargo, la filosofía no puede conciliarse con esta concepción teológica del Universo ni con un sujeto Omni-abarcador que se confunda con él  (panteísmo),  porque la esencia  del filosofar no puede declinar su peculiaridad  racional y crítica, retroalimentándose de la discusión, de la confrontación con otros saberes (teológicos, científicos, religiosos, mitológicos o teogónicos) o de las contradicciones del discurso y su superación dialéctica en un constante progreso circular con otros hombres y otras culturas.

 

TEXTO

 

Heráclito de Éfeso decía en el siglo V a. n. e.

 

"Este cosmos, el mismo para todos, no ha sido hecho ni por los dioses, ni por los hombres, sino que fue, es y será, fuego siempre viviente, que se enciende y se apaga según medida. No escuchándome a mí, sino al logos, sabio es reconocer que uno es todo. El cosmos es polvo esparcido al azar, el más hermoso", (fr. 30-5- y 124).

 

“La historia de la razón ha sido un  lento proceso de criba selectiva y anamórfosis, en el que han chocado y se han destruido culturas enteras. Nada ha sido estéril o baldío. La actual reorganización de nuestro saber conserva aún las huellas filogenéticas, las reliquias y los relatos de todo lo que ha sido superado: el metabolismo celular, el cerebro  reptiliano  agresivo, los sentimientos cálidos de los mamíferos, los mitos, las prácticas mágicas, las religiones, los instrumentos de sílex, las obras de arte. En este proceso de transformación la especie humana ha ido perdiendo arrogancia al mismo tiempo que ha ganado conocimiento. El camino que ha conducido al hombre a convertirse en la especie dominante, en rey de la creación, en hijo de los dioses, en espíritu soberano y libre, está comenzando a ser recorrido en sentido inverso”

 

COMENTARIO-

 

La historia del pensamiento no ha sido un proceso lineal sino de zigzags,  de altos y bajos, de configuración  de nuevas realidades o propiedades  por combinación o refundición de las ya existentes (anamórfosis). Por eso se afirma en este texto que “el saber conserva aún las huellas filogenéticas” de todo tipo, desde las biológicas a las culturales, y esa reorganización de nuestro saber capacita al hombre, hoy, para ser más solvente a la hora de asignarse un puesto en el Universo.

 

 

TEXTO

 

 

 

“La Tierra ha sido desplazada del centro del universo por Copérnico, Bruno, Kepler, Galileo y Newton. La moderna radioastronomía relega nuestro precioso sistema solar a30.000 años-luz del centro de la Vía Láctea, en el borde interior del brazo espiral de Orión; y nuestro cúmulo local de galaxias –unas 30– ni siquiera es de los más importantes. A falta de una demostración apodíctica de que nuestra forma de inteli-

gencia sea la única o la más perfecta de las combinaciones posibles en el universo, la teoría de la evolución biológica de Darwin ha despojado a la especie humana de sus privilegios biológicos. Más que la cúspide de la creación o de la evolución, la poderosa aleatoriedad del proceso de selección natural ilustra acerca de la fragilidad consustancial de nuestros logros biológicos. Aunque estudiamos la inteligencia de las ballenas y de los simios, nuestra biología y psicología siguen siendo provincianas a que desde Aristóteles exhibimos con orgullo, como galardón específico, ha sido puesto en entredicho desde Freud. A medida que empezamos a producir mecanismos que piensan y aprenden con más rapidez y eficacia que nosotros mismos

–inteligencia artificial–

estamos dejando de disfrutar de la exclusiva de tomar decisiones y de manipular el medio ambiente de manera compleja e inteligente.

Posición del sol en la Vía Láctea, vista de frente. La Galaxia gira, como se ve, una vez cada250 millones de años. Como resultado de esta rotación, el Sistema Solar gira alrededor del centro de laGalaxia una vez cada 250 millones de años, moviéndose a una velocidad de 220 Km por sg.

Sin embargo, la eliminación de los misterios, la destrucción crítica de los dogmas tranquilizadores, que ha disminuido nuestra dimensión óntica, ha incrementado nuestra dimensión cognoscitiva y nos ha capacitado para afrontar enigmas cada vez más fascinantes y precisos. Potentes radiotelescopios y microscopios electrónicos han incrementado nuestra capacidad perceptiva hasta los límites de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño. Al tomar conciencia de nuestra escala intermedia entre las nebulosas y los quarks, la hemos desbordado”.

 

COMENTARIO

 

Desde el siglo XVII, con Kepler, Galileo &c. nuestra visión del mundo se ha visto transformada. Con Darwin, más tarde, la selección natural y la aleatoriedad de ese mismo proceso  han hecho ver las cosas de muy distinto modo. Y si a esto se une la prodigiosa espectacularidad de la cibernética con la inteligencia artificial quedamos ensombrecidos y consternados de lo que nos puede esperar mañana. A eso se refiere el texto cuando dice que la dimensión filosófica (óntica) aparecerá más fundada a medida que disminuyan los misterios y queden destruidos los dogmas.

 

 


TEXTO INCRUSTADO EN ESTE APARTADO DEL CONOCIMIENTO

 

“Kant resumió, de un modo paradigmático, el campo de la filosofía en las siguientes preguntas:

1. ¿Qué puedo saber?

2. ¿Qué puedo hacer?

3. ¿Qué me está dado esperar?

4. ¿Qué es el hombre?

 

"De la primera pregunta se ocupa la metafísica; de la segunda, la moral; de la tercera, la religión, y de la cuarta, la antropología. Pero, en realidad, todas ellas se podrían incluir en la antropología, porque las tres primeras preguntas se refieren a la última"

(Logik).

 

Para la filosofía, en efecto, el problema del conocimiento, es decir, la determinación de la naturaleza de nuestro saber, el estudio de sus condiciones de posibilidad y la toma de conciencia de sus límites, es circularmente indisociable de nuestro comportamiento individual, social, cultural y moral, que, a su vez, está regulado por nuestros sistemas de convicciones, creencias e, incluso, prejuicios. La filosofía crítica, desde sus comienzos en Grecia y a lo largo de toda su historia, pone en tela de juicio las evidencias recibidas; intenta destruir los ídolos del conocimiento característicos de cada época, y trata de aquilatar el conjunto de verdades que, en cada momento, pueden aceptarse como racionalmente ciertas y bien fundadas. Ello implica inevitablemente una cierta concepción del hombre y una confrontación crítica con las concepciones alternativas.  De este modo la reflexión crítica se hace solidaria de la discusión racional, del diálogo, de la dialéctica. No en vano el fundador de la filosofía académica, Platón, fue un escritor de diálogos, de discursos que se desarrollan a través de la razón. El hecho de que muchos de los diálogos de Platón no conduzcan a ninguna solución dogmática y definitiva marca profundamente el destino posterior de la filosofía como actividad abierta, nunca cancelada, interactiva y circular”

 

COMENTARIO

 

Este texto se ha incrustado aquí, supongo, para dar más relevancia al carácter crítico asignado a la filosofía por Kant y operativo desde el planteamiento del problema del conocimiento que hacía  con estas preguntas, e inextricablemente unido al problema moral, al comportamiento individual, social y cultural en ese punto en el que se encuentran con creencias, convicciones o prejuicios.

Propugna, de este modo, el diálogo, la confrontación, como ya hiciera Platón.

 

 

1.2. TIPOLOGÍAS ESTRUCTURALISTAS DEL CONOCIMIENTO

 

 

“Saber y conocimiento son términos polisémicos. En su acepción más general ambos se oponen a

ignorancia,

que figura en los diccionarios como su antónimo principal. Pero el saber puede versar sobre muchas cosas, y existen diversos tipos y grados de conocimiento. Una de las primeras tareas acometidas por la filosofía consistió en distinguir distintos tipos de saber y clasificar grados de conocimiento.

 

Dos de estas clasificaciones dicotómicas se han perpetuado a lo largo del tiempo y han sido reformuladas por casi todas las escuelas de pensamiento con diferentes terminologías”.

 

COMENTARIO

 

Clasificar los grados de  conocimiento es tanto como encontrarse en la operación filosófica más arriesgada, dado que el saber se atribuye a muy diversas cosas pero el conocer solo a una con distintos grados en su ascensión hacia la verdad (episteme-ciencia). El siguiente apartado de doxa y episteme nos va a situar en el centro del problema de la base de la opinión y la certeza.

 

TEXTO

 

“La doxa u opinión era un conocimiento superficial, parcial y limitado,  vinculado a la percepción sensorial, primaria e ingenua. El conocimiento dóxico versa sobre las apariencias, no sobre la realidad. Se trata de un conocimiento fenoménico y,  en consecuencia, engañoso e, incluso, falso.

De ahí que sea catalogado como un conocimiento inferior, empírico, característico de la gente no instruida, inculta  (saber vulgar), por ej. . la creencia popular de que la dedalera es un estimulante cardíaco, porque sus hojas se asemejan a un corazón sería de este género”

(saber vulgar).

 

Episteme

suele traducirse como conocimiento científico, pero para los griegos no tenía aún el carácter

especializado,

que hoy se atribuye a la ciencia. Para ellos era un saber absolutamente

necesario,

porque penetraba hasta las causas y fundamentos de las cosas;

objetivo,

porque dependía de la naturaleza misma y no de nuestras construcciones artificiales;

sistemático,

porque estaba organizado de acuerdo con parámetros lógicos y racionales: no era el resultado de una mera acumulación sin orden ni concierto. En consecuencia era un conocimiento pleno, total,

no fragmentario, ni parcial, ya que versaba sobre la realidad misma, comprendía sus conexiones profundas, necesarias y últimas, de modo que era capaz de dar razón del por qué íntimo de las cosas. El significado de episteme ha variado a lo largo de los siglos, pero su vieja aspiración de alcanzar un conocimiento cierto, verdaderamente explicativo, bien fundamentado sigue vivo en las ciencias y en la filosofía

 

COMENTARIO

La opinión sobre las cosas por sus apariencias o semejanzas con otras de igual estirpe está demasiado extendida entre el vulgo, dado a especular sobre lo divino y humano a la primera de cambio; y no digamos si se trata de opiniones políticas inmersas en ideologías hostiles entre sí.

Platón, dentro de la doxa, diferenciaba dos niveles:1) la conjetura que se correspondía con las sombras reflejadas en la pared de la caverna, y 2) la creencia que se basa en la imaginación, por ej. creer que el rayo es un signo de la ira de los dioses.

La episteme es un tipo de conocimiento serio y fundado. De ahí que se le tenga por objetivo (no subjetivo, ni psicológico con valor de un día) y sistemático (organizado según parámetros lógicos) y como dando razón de lo que se habla.

Platón distinguió dos grados: 1) conocimiento discursivo, que parte de hipótesis o presupuestos y deduce consecuencias en relación con ellas, y 2) conocimiento por intuición, como si se poseyera la idea misma viviéndola desde un interior poco menos que incomunicable a los demás y desde las entrañas de una autoestima  inconsistente en sí misma.

 

1. 2. 2.  TEORÍA Y PRAXIS

 

TEXTO

“Desde el punto de vista de su utilidad suele distinguirse, desde la antigüedad,

entre conocimiento teórico y conocimiento práctico. Se trata de una clasificación es-

tática, tallada analíticamente, que goza de una sospechosa popularidad. Variantes de

esta distinción se encuentran en las más diversas corrientes: saber hacer y saber qué,

conocimiento básico y conocimiento aplicado, ciencia y técnica, especulación y acción,

entendimiento y voluntad, razón pura y razón práctica, logos y bios.

Para Aristóteles el conocimiento teórico persigue la verdad con independencia

de su aplicación práctica, se basa exclusivamente en la especulación y en el razona-

miento abstracto, instaura un saber general y universal que no está condicionado por las

circunstancias y culmina en la contemplación gnóstica que se satisface idealmente en el

"pensamiento que se piensa a sí mismo", cuyo paradigma es Dios entendido como

motor inmóvil o reflexión que se agota en sí misma. Las virtudes del entendimiento,

prosigue Aristóteles, son la sabiduría (la sapientia), que consiste en la comprensión

intelectual dé los principios evidentes y la ciencia (scientia), que se define por el hábito

y la capacidad de sacar conclusiones de acuerdo con las reglas de la lógica.

El conocimiento práctico, en cambio, se ordena a la acción y persigue el

incremento del bienestar y de la felicidad, pretende influir en las cosas y en las personas

(transformar el medio ambiente), instaura un saber concreto e inmediato de los hechos y

circunstancias empíricas y no se satisface más que con la plena realización de los deseos

y necesidades que lo originan. Pero el conocimiento práctico se fragmenta, a su vez,

según Aristóteles, en dos tipos de actividad: el saber hacer puede referirse a la actividad

manual, quirúrgica, de los artesanos o técnicos que fabrican un mueble, una casa o un

relé en el sentido del facere latino, o puede referirse a la capacidad de gestión y

organización de la vida política y social (el gobierno de una casa o de una empresa, la

organización de unas elecciones o la dirección de un centro escolar) en el sentido de

agere latino. El facere implica arte, 'techné'; el agere, en cambio, incluye sindéresis y

prudencia moral y política”.

 

COMENTARIO

Suele decirse que no hay mejor práctica que una buena teoría. A veces se establece un recorrido circular: es decir, que lo que es teórico en una etapa, es práctico en otra (p. ej. las matemáticas que de conocimientos especulativos e improductivos, pasan a ser fuerzas productivas en aplicaciones reales de la tecnología.

Y viceversa, una técnica utilitaria puede generar conocimiento teórico (como p. ej. la necesidad de achicar agua en las minas condujo al descubrimiento de la máquina de vapor Watt.

 

 

 

 

1.3. LA EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y SUS CLASES

 

TEXTO

 

“Las culturas humanas que no han sido capaces de generar un comportamiento racional científico no han desaparecido; perpetúan en la actualidad sus ancestrales tipos de saber, cuyas huellas, aunque trituradas y transformadas, pueden rastrearse también en las culturas civilizadas. Puesto que el nicho ecológico de diferentes culturas no ha sido el mismo, solo han desaparecido aquellas cuyas mutaciones adaptativas han resultado letales. De ahí́ que una tipología evolucionista del conocimiento deba reconocer, para ser completa, distinciones sincrónicas que cruzan o desbordan el universo cultural. Tales son las distinciones entre naturaleza y cultura, entre culturas bárbaras y culturas civilizadas, y entre saberes acríticos o per vivenciales y saberes críticos o progresivos.”

 

CCOMENTARIO

 

En el texto se plantea la cuestión de por qué han evolucionado unas culturas y otras no. Y se concluye que a lo largo del tiempo se percibe el predominio de la crítica para las culturas abiertas y progresivas y al contrario

 

1. 3.1  NATURALEZA Y CULTURA

 

TEXTO

Tomamos el termino conocimiento en el sentido más amplio posible que incluye desde las creencias populares hasta la ciencia, pasando por las convicciones éticas, las afirmaciones empíricas, los postulados epistemológicos, las creencias políticas, los supuestos y categorías ontológicas y hasta las doctrinas escatológicas. Circularmente la oposición entre naturaleza y cultura es ella misma cultural, aunque pretende desbordar el ámbito de la cultura; cualquier intento de superar esta situación circular (dialelo antropológico) incurre en una contradicción, en un callejón sin ninguna salida.

 

Se trata de una distinción reconocida por los griegos en la antigüedad desde que los cínicos y los estoicos pretendieron fundamentar la razón universal en el proceso mismo de la naturaleza. "Vivir conforme a la naturaleza" fue para ellos una máxima moral, cuyas implicaciones ontológicas reciclan actualmente los planteamientos ecologistas.”

 

COMENTARIO

La cuestión a dirimir aquí sería clarificar lo que se entiende por natural y lo que se entiende por cultural, si bien es cierto que pasar de uno a otro ya es cultural; las líneas de intersección de la naturaleza y de la cultura incurren en una situación circular de difícil salida airosa como le sucedió a Diógenes el Cínico.

 

NUEVO TEXTO DE ESTE APARTADO

 

"Esta división del trabajo -dice Adam Smith-, que tantas ventajas trae a la sociedad, no es en su origen efecto de una premeditación humana que prevea y se proponga, como fin intencional, aquella general opulencia que la división dicha ocasiona: es como una consecuencia necesaria, aunque lenta y gradual, de cierta propensión genial del hombre que tiene por objeto una utilidad menos amplia. La propensión a negociar, cambiar o permutar una cosa por otra.... Lo cierto es que es común a todos los hombres, y que no se encuentra en los demás animales, los cuales ni conocen ni pueden tener idea de contrato alguno... nadie habrá visto que un perro haga con otro un cambio deliberado de un hueso que le haya ofrecido la suerte". (La riqueza de las naciones, 1776).

 

En esta perspectiva lo cultural está penetrado por la actividad específicamente humana y es más valioso que cualquier producto natural, que sólo puede ser objeto de comercio.

 Dadas estas contraposiciones valorativas, ¿qué sentido puede tener hablar de conocimientos naturales?, ¿si los animales carecen de conocimiento, hay alguna acepción de conocimiento que pueda homologarse entre animales y hombres?

 

Los conocimientos o representaciones conceptuales, tal como los entendemos en sentido colectivo, es decir, en tanto que Darstellungen, constituyen acervos que se transmiten de una generación a otra y en el curso de esa transmisión se van modificando. Desde el punto de vista genérico de la Teoría de la información, lo que se transmite en todo caso es un determinado número de bits matemáticamente determinable de acuerdo con la fórmula general de Schannon."

 

COMENTARIO

Este texto es continuación del de ayer, en donde se litigaba el concepto de Naturaleza y Cultura. Dando un paso más, lo natural se concibe no como lo invariable, fijo e inmutable, sino como lo transformable por la operación del hombre (lo cultural), y de la línea confusa y difusa entre lo uno y lo otro, entre el acervo cultural transmitido de generación en generación y lo transmitido genéticamente. Y esta es la cuestión que comunica el texto, incluso a través de dos alternativas en la teoría de la información: es decir, si la unidad de información es un bit, el exponente a que tengo que elevar el número 2 (pues dos son las alternativas para que haya elección de información, nos metemos en una operación logarítmica,

 

 

TEXTO SIGUIENTE

 

"Existen dos vías para transmitir información: la genética y la social. (El desciframiento del código genético, llevado a cabo por la biología molecular, se basa precisamente en la aplicación de esta teoría matemática). Cuando decimos que existen conocimientos naturales queremos apuntar a todos aquellos saberes y habilidades que se transmiten por vía genética y son característicos de todas las especies animales, incluida la especie humana. Decimos que los conocimientos son artificiales, cuando la vía de transmisión es básicamente social y los organismos implicados hombres, sin perjuicio de que existan culturas animales. Naturalmente que las fronteras no son nítidas, sobre todo cuando se trata del equipo cognoscitivo de los organismos individuales (es decir, de las Vorstellungen), cuestión que no nos compete aquí. Si podemos establecer una distinción nítida es precisamente en la medida en que el tipo de conocimientos que denominamos culturales, además de colectivos, son específicamente sociales y suponen una diferenciación interna en la especie humana y una institucionalización cultural objetiva. En la actualidad, el concepto de conocimientos naturales no tiene un estatuto definido y depende, de forma sustancial, de las contribuciones que los etólogos puedan hacer en los próximos años al tema de las culturas animales. Si hablamos de conocimientos naturales, no lo hacemos en el supuesto de que exista algo así como un conocimiento privado de carácter natural, sino en un sentido etológico, en tanto que puedan existir conocimientos característicos de la especie, en el sentido de Eibl-Eibesfeldt. Cuando un melanesio o un boro boro  arquean las cejas, sabemos que nos saluda amistosamente. Y esto naturalmente no depende de idiosincrasias privadas sino de universales conductuales."

 

COMENTARIO

 

 

La línea confusa y difusa entre lo uno y lo otro, entre el acervo cultural transmitido de generación en generación y lo transmitido genéticamente. Y esta es la cuestión que comunica el texto, incluso a través de dos alternativas en la teoría de la info...Ver más

 

La unidad mínima de información la llamamos bit; ahora bien, el número de bits de información es igual al log2 (logaritmo2), es decir, que para que haya elección de...ha de darse, al menos, dos alternativas: existen dos vías para transmitir información..Ver más

Pero aquí la cosa se complica por la ampliación de las culturas a los animales según los últimos progresos de los etólogos, como Eibl-Eibesfeldt o K. Lorenz. Hay casos insólitos de costumbres de pueblos que se rigen por "coordinaciones hereditarias" como ciertos ritos del saludo, el arqueo de las cejas o la inclinación de cabeza o el beso en la nariz o en la boca etc.

 

1. 3. 2  CULTURAS BÁRBARAS Y CULTURAS CIVILIZADAS

 

TEXTO

 

A efectos prácticos, nos interesa aquí́ distinguir dos grandes bloques de culturas, precisamente porque por esta división pasa la constitución del género de conocimientos que nos interesa señalar ahora: el científico y el filosófico. Se trata de la distinción entre culturas bárbaras y civilizadas que algunos cientifistas matizan como científicas y no científicas. De un modo muy somero, podemos caracterizar las culturas bárbaras por su carácter aislado, cerrado, frente al carácter cosmopolita y abierto de las culturas racionales. Quizá́ este carácter haya que explicarlo no solo por razones externas, como la escasez de intercambios culturales, sino internas, como la preponderancia de relaciones asimétricas (de dominación, engaño, pillaje y esclavitud). En las culturas civilizadas, entre las que los intercambios frecuentes y profundos han llegado a cristalizar en la idea de una civilización universal, las relaciones son simétricas (comercio equitativo) y transitivas (circulación de moneda, bienes e ideas).”

 

COMENTARIO

Se hace hincapié aquí de los límites que pudieran trazarse entre el conocimiento no científico (culturas bárbaras) y científico (culturas civilizadas), pero esto no es nítido ni una línea divisoria transparente nos autoriza para determinar de qué lado se encuentra cada una. L. Strauss decía que solo llama salvaje a otro quien él mismo lo es.

Por consiguiente, si desde una perspectiva "emic" juzgamos a otra "etic", podemos caer en un plano inclinado de incapacidad para el resto del camino.

No obstante, los autores de este texto (yo me limito a interpretar) adentrándose en las peculiaridades étnicas y antropológicas, sostienen que lo "bárbaro no sólo se caracterizo por lo cerrado y aislado sino por relaciones asimétricas (de dominación o esclavitud), y lo "civilizado, por relaciones simétricas (de igual a igual). Pero la cuestión sigue en pié: ¿por qué lo 1º es como es? y lo 2º es lo que no es y no es el que es? (rememorando a Sartre)

Aparte de estas consideraciones, podemos traer a colación la democracia ateniense, que tuvo lugar sino en la "polis", en la ciudad, en la civilización... ¿por qué?

 

NUEVO TEXTO  DE CULTURAS BÁRBARAS Y C. CIVILIZADAS

 

TEXTO

 

“El concepto de cultura bárbara está muy próximo a la esfera de la Filosofía del Espíritu subjetivo que Hegel considera precisamente bajo el nombre de Antropología, en lo que esta tiene de Historia natural del Hombre; es decir, en tanto se preocupa de

 

"trazar el cuadro de las disposiciones del carácter nacional en su conexión con la naturaleza, es decir, de la conformación del cuerpo, del género de vida, de las ocupaciones, así́ como de la orientación particular de la inteligencia y de la voluntad de los pueblos".

 

Esta Historia natural del Hombre es contrapuesta por Hegel a la Filosofía de la Historia, que comienza con la consideración del sentido de la historia de los diferentes pueblos en la historia del Mundo. Y esta historia solo aparece con la constitución del Estado.

 

Sin apelar a la metafísica hegeliana del Espíritu del Mundo, encarnado en el Estado, la Idea de Transitividad puede ofrecer un esquema materialista de la conexión entre la universalidad propia de la civilización y la constitución de la ciudad (considerando a esta como signo demarcativo de la Barbarie, en el sentido de G. Childe). La razón es que la Idea de ciudad implica la pluralidad de ciudades. Cada una de las ciudades implica a otras en virtud de su propia estructura interna en virtud de la división del trabajo en el sentido de los especialistas full time, división que hace posible que los individuos se desprendan de la comunidad a la que pertenecen y puedan, en principio, encajarse en cualquier otra ciudad erigiéndose en individuos virtualmente cosmopolitas; por ejemplo los metalúrgicos considerados por G. Childe.”

 

COMENTARIO

 

 

Siguiendo con el sub-apartado de la evolución del conocimiento y sus clases, y dentro de las culturas bárbaras y civilizadas, este fragmento de carácter antropológico por guardar relación inextricable con la historia natural del hombre, que pareciera empezar por lo más primitivo, hace alusión a George Friedrich Wilhelm Hegel cuando precisamente en la Filosofía del Espíritu subjetivo relaciona lo "nacional", como algo particular de la inteligencia y voluntad de los pueblos, con la totalidad de la naturaleza (la parte y el todo) en la concepción hegeliana de la evolución del conocimiento (filosofía propiamente dicha, que es la filosofía de la historia, la historia del mundo, cuya guinda se halla coronada por el ESTADO, que no es sino el Espíritu del Mundo). Y finalmente, la alusión a Gordon Childe, autor de "el origen de la civilización" indica la sutilidad con que la división del trabajo a tiempo completo independiza al individuo y, al par, le cosmopolita, le convierte en ciudadano del mundo.

 

1. 3. 3. LOS SABERES PRIMITIVOS: mito, magia, religión, técnica

 

TEXTO

 

Las sociedades bárbaras poseen formas especificas de conocimiento. Al estar aisladas, tienden a colocar los acontecimientos en un tiempo mítico,  ahistórico, el tiempo originario. Al ser sus relaciones asimétricas, la magia y la religión adquieren máxima preponderancia. No obstante, las necesidades básicas exigen el dominio técnico del entorno, por lo que, entretejido con los demás saberes ideológicos, hallamos siempre en las culturas bárbaras un cierto acervo de artes y técnicas  más o menos rudimentario.

 

COMENTARIO

 

Este texto está contextualizado en el apartado 1-3-3 de la EVOLUCIÓN DEL CONOCIMIENTO Y SUS CLASES, y en él se aprecia que el conocimiento de las sociedades bárbaras adolece de referencias culturales simétricas, de medida y de tiempo con otras similares o contrarias, debido a su aislamiento (asimetría).

Por eso, la magia o la dependencia religiosa adquieren máxima preponderancia. Sin menoscabo de que su rudimentaria tecnología en su medio adquiera cierta relevancia ideológica y configuración cultural digna de encomio y estudio antropológico

 

 

Lo que ocurre con todas las sociedades bárbaras es que, por un lado al estar aisladas son más propensas a moverse en fantasías atemporales y a históricas, y por otra, su hacer cultural se circunscribe a técnicas rudimentarias propicias a la magia, la religión y el mito.

 

A. Los mitos

 

TEXTO

"El saber mito poético o legendario está basado, por lo que sabemos de las

Civilizaciones primitivas, en relatos ritual izados que se transmiten literalmente y sin

Alteración, principalmente, por vía oral. Los mitos explican el origen, organización y

Destino de la comunidad étnica y cultural, cuya identidad tratan de preservar, así como

La totalidad de los fenómenos relevantes en la existencia cotidiana de la misma. La

sedimentación de los elementos más heterogéneos, cuya coherencia interna resulta

muchas veces dudosa, pese a los conspicuos análisis de Lévi Strauss, van constituyendo

el relato como una tupida red de relaciones, cuyo significado émico es capaz de regular

las actuaciones de los sujetos respecto a su nicho ecológico".

 

COMENTARIO

Cuando Comte habla de los tres estadios por los que pasa el desarrollo de la Humanidad o del espíritu humano, a saber: el mitológico-teológico, el metafísico y el positivo o científico, nos encontramos con que en el primer estadio (el mítico, mágico y religioso) encajan en esa etapa teológica donde la vivencia de las fuerzas naturales personalizadas ejerce una cohesión social de primera magnitud hasta el punto plasmarse en normas y mandatos que para la eficacia de la organización social de ese mundo se halla a la vista de la historia del materialismo cultural (Marvin Harris).

 

B. La Magia

 

TEXTO

"El conocimiento mágico o empático puede coexistir en las culturas bárbaras

con el anterior, pero sus secretos sólo son poseídos por una casta especial de sabios

brujos, o chamanes, cuyo superior prestigio social se basa en el dominio exigitivo que

parecen poseer sobre la naturaleza y el ambiente. El brujo debe saber ejecutar, con

pulcritud y corrección, ritos pautados, salpicados de fórmulas secretas, por cuya virtud

ocurren los acontecimientos esperados (la salud o la enfermedad, las lluvias o la sequía).

El brujo o el chamán prefigura, como casta, al científico y al maestro: manipula los

objetos de la naturaleza para lograr resultados físicos o psíquicos y, en ocasiones,

somete a los adolescentes de la tribu a las pruebas o exámenes que les permiten acceder

a los beneficios de la edad adulta".

 

COMENTARIO

La magia se caracteriza por ser ejercida por sabios brujos o chamanes, los cuales, mediante ritos y fórmulas secretas, semejan un oculto dominio de la naturaleza que hace creer que la salud, la enfermedad etc. está en sus manos.

Uno de los antropólogos más entendidos en prácticas mágicas, Frazer, dice que hay dos modos de ejercer la magia: o por "semejanza" por "contacto".

Mediante el primero el mago cree que se produce un efecto con solo imitarlo. Y mediante el segundo el mago cree que cualquier objeto que hubiera estado en contacto con una persona surte efecto sobre ella si él se lo propone.

Todo esto adquiere cierta relevancia en los enterramientos y en el mal de ojo.

 

OTRO TEXTO

"El mana no es simplemente una fuerza, un ser, es además una acción, una

cualidad mágica y un estado. En otras palabras, la palabra mana es a la vez un

sustantivo, un adjetivo y un verbo. Se dice de un ser, de un espíritu, de un hombre, de

una piedra o de un rito, que tienen mana, que dan mana o que el mana hace esto o lo

otro. Por lo tanto, en el pensamiento mágico, las relaciones de causalidad son sustituidas

por las de participación. De ahí la abundante presencia de ritos misteriosos,

espiritualistas y vagos (hechizos, exorcismos, metempsícosis, males de ojo, etc.)."

 

COMENTARIO

Antropólogos como Levy Bruhl y Lévi Strauss tratan este asunto con distinta apreciación ( el primero niega el carácter de ciencia a este proceder por ser prelógico, el segundo admite cierta lógica y un proceder causal que se asemeja con la ciencia).

L. Straus en el "Pensamiento salvaje" sostiene que el pensamiento salvaje no es tan salvaje como vulgarmente se dice, sino que "ejerce la reflexión intelectual semejante a la de los naturalistas y los herméticos de la antigüedad y de la Edad Media (como Galeno, Plinio, Hermes Trimegisto, Alberto Magno)".

De todo esto deducimos que lo esencial en esta cuestión es valorar el "desarrollo evolutivo del contexto cultural de cada cultura (tanto de la prelógica como de la acausal o determinista según leyes de la estructura organizativa del cerebro...).

 

C) La Religión

 

TEXTO

"Resulta difícil ofrecer una perfecta caracterización del conocimiento religioso

en términos operativos, no ideológicos, que lo diferencien, con toda nitidez, del mito y

de la magia, precisamente porque el temor reverencial que suscita lo santo (Das

Heilege) o lo numinoso, tiene, como consecuencia, la misma actitud de sumisión en los

creyentes, así como confiere cierto poder mágico al sacerdote que oficia las ceremonias

religiosas. En el último capítulo, se encontrará una discusión más detallada.

Dos grandes teorías clasicas enfrentan el fenómeno religioso. Según la

Fenomenología de la religión (Rudolph Otto y Max Müller) el conocimiento religioso

tiene un origen específico: la admiración, el asombro que paraliza el alma ante lo

maravilloso, misterioso o terrorífico, suscitando una actitud deferente, la adoración a

fuerzas ocultas y seres misteriosos. Los sociólogos y antropólogos de la religión

(Durkheim y Lévi Strauss) objetan estos orígenes, subrayando la dimensión objetivante

y normalizante que poseen las religiones de situaciones límites tales como el nacimien-

to, la muerte, la menstruación, el matrimonio, etc. Esta explicación, sin embargo, no

niega la existencia de ese componente milagroso y sobrenatural como algo específico de

las religiones; sólo que ese elemento es posterior y surge cuando ya se está en posesión

de una idea del orden natural; lo que racionalizan y estabilizan las religiones son

precisamente las excepciones, que deben someterse a la regularidad de la naturaleza.

Ambas explicaciones parecen relegar el conocimiento religioso al mundo de las

apariencias, de modo que las religiones carecerían de todo fundamento material. En

este sentido comparten la crítica ilustrada a la religión, cuyas contradicciones dialécticas

puso de manifiesto Kant".

 

COMENTARIO

Podíamos preguntarnos ¿cómo se origina el fenómeno religioso? Hay dos teorías enfrentadas: la de aquellos fenomenólogos (Rudolph Otto y Max Müller) que lo atribuyen a la admiración y el asombro ante lo misterioso o terrorífico, y la de aquellos (sociólogos y antropólogos) que se inclinan por un origen social de implantación de normas ante acontecimientos como el nacimiento, la muerte o la instauración de la familia patricial.

Kant en "La religión dentro de los límites de la mera razón" se refiere a la tipología religiosa como sumisión a una voluntad extraña e ilimitada domesticando así la nuestra, limitada que ante tal hecho estalla en misticismos e irracionalidades ("ilusión transcendental" que dice Kant en el ámbito de la Metafísica).

 

D)- La técnica

 

TEXTO

"Las técnicas más elementales se remontan a más de mil siglos y el desarrollo

técnico sigue las mismas sinuosas irregularidades que la evolución histórica del hombre.

Pero la diversificación del conocimiento técnico y, por tanto, su constitución como tal,

va emparejada con la creciente división del trabajo y supone una progresiva

especialización en dominios distintos o categorías. En este sentido las técnicas son los

precedentes genealógicos de las ciencias. Una caracterización de las mismas debe

insistir en que implican siempre unas operaciones concretas que permiten la trans-

formación eficaz del medio, aunque sólo sea mediante una repetición mecánica y una

ritualización de las operaciones que ocasionalmente han conducido al éxito. Las técnicas

agrimensoras de los egipcios, por ejemplo, no les permitieron despegarse de la naturaleza y

dominarla (el dominio efectivo del Nilo se produjo con la construcción de la presa de

Assuan), sino adaptarse a ella; y aunque constituyen el precedente inmediato de la

Geometría científica, pueden y deben separarse de ella".

 

COMENTARIO

La técnica ha existido desde siempre junto al hombre primitivo o salvaje; lo que ocurre es que la diversificación de esas técnicas va emparejada a dominios distintos del campo de operaciones para sobrevivir y adaptarse al medio, por ej. en Egipto la agrimensura no pasó de ser una medida natural de adaptación al medio, pero no pudo llegar a ser geometría científica.

El conocimiento científico domina la naturaleza y la predice. No es lo mismo "técnica que tecnología", pues la técnica es el modo de operar mecánico con las cosas, y la tecnología es un modo de operar científico que no es sino la adaptación del medio al sujeto (no a la inversa, como sucede en la técnica) y eso supone la racionalidad de una operatividad distinta como es la transformación del medio e incluso una ritualización del éxito obtenido (pues mediante el éxito en la operación, ésta se refuerza y adquiere impulso de desarrollo y evolución para nuevas técnicas que dan lugar a nuevas tecnolgías).

 

1. 4- EL IMPACTO DEL CONOCIMIENTO CRÍTICO EN LOS SABERES PRECIENTÍFICOS

 

TEXTO

"Los tipos de conocimiento, que consideramos como específicamente

civilizados, son aquellos en los que la información se transmite de una generación a otra

de un modo selectivo, sistemático y organizado de acuerdo con criterios de racionalidad,

es decir, críticamente. Tales son las ciencias y la filosofía. Estos géneros de

conocimiento influyen de tal modo en los conocimientos precientíficos que se produce

una metamorfosis cultural: los mitos se fragmentan, las religiones formulan teologías y

va apareciendo, poco a poco, el sentido común civilizado, modelado por el incremento

del conocimiento de todo orden".

 

COMENTARIO

El paso del mito al logos se atribuye a los griegos en el s.VII a. de C. en las costas del mar Egeo cuando los presocráticos inician el estudio teórico y sistemático de la geometría, matemática, física, astronomía etc. mediante la contradicción de un legado tradicional y acrítico que acepta sin más y sin interpelar la conciencia crítica hasta que los presocráticos con su metafísica desborda con una racionalidad universal aquellos modos de aceptar las cosas porque sí, por arbitrariedad de los dioses. Así que, si lo particular de cada metrópoli no sirve, surge la necesidad de una perspectiva tan amplia como de legitimidad universal.

 

1.4.1. Ideología y crítica filosófica

 

"La primera gran transformación del conocimiento afectó a los mitos y consistió

en la sustitución de las mitologías por ideologías. A diferencia de los mitos, las

ideologías son representaciones organizadas lógicamente, que expresan el modo como

los hombres viven y entienden la realidad en que están insertos. No hay civilización sin

ideologías, pero las ideologías son muchas y heterogéneas, lo que constituye un índice

de los intercambios transitivos y simétricos que afectan a las sociedades abiertas de la

civilización. Toda ideología es un complejo de ideas que, como los mitos, contribuyen a

dar cohesión a un grupo social en función de unos intereses prácticos inmediatos.

Incorpora materiales heterogéneos, procedentes de distintas culturas, pero conlleva

también un trámite de autojustificación lógica, que denota la influencia del rigor

impuesto por los saberes críticos. A diferencia del mito, las ideologías deben excluir y

criticar internamente las alternativas que se les oponen"

 

COMENTARIO

El conocimiento crítico es el que disuelve verdaderamente los saberes precientíficos, como los mitos, las ideologías, las religiones, la pseudociencia y la pseudofilosofía, la magia y las ciencias ocultas.

De ahí que los siguientes apartados: 1. 4. 1 -Ideología y crítica filosófica; 1. 4. 2- Religiones terciarias y Teología; 1. 4. 3 - Pseudociencia y Pseudofilosofía; 1. 4. 4 - De la tecnología al complejo científico-técnico son considerados en Symploké como las grandes transformaciones del conocimiento que han ido destruyendo o disolviendo mitologías en forma de ideologías o modos de apreciar las cosas unilateralmente o en una sola dimensión, o juicios sin crítica que devienen en idealismos o dogmatismos, cuando en realidad hay que someterlos al contexto de las condiciones que los han hecho posible, como diría Kant.

En cuanto a lo religioso, cuando lo numinoso se racionaliza, aparecen las teologías o tratados sobre los dioses (Leibniz lo llamó teodicea o justificación de dios). Pero al llegar a este punto se dan paradojas como la despersonalización de dios y aparece la disolución filosófíca en ideas como "infinitud", "absoluto" etc. o más recientemente en "la muerte de Dios" o la "angustia heideggeriana"

o "el principio esperanza" de Bolch.

En cuanto a la pseudociencia y las ciencias ocultas es como para ponerse a temblar ante tanto bobo que cae en trampas de echadores de cartas, horóscopos etc.

Y no digamos lo que ocurre incluso en centros universitario con la pseudofilosofía en forma de metafísica, dogmática e irracional. A Kant le pareció haberla despachado para siempre en La Crítica de la Razón Pura, pero sigue soterrada y envuelta en la concepción de un mundo del conocimiento que persigue la totalidad, el Todo del conocimiento, dando como resultado la creencia de que algún día el conocimiento se habrá realizado plenamente en la idea de un Dios omnisciente. Es la falacia del REALISMO FANTÁSTICO.

Otra de las transformaciones del conocimiento es el paso de la técnica a la tecnología, como queda de manifiesto en los programas de investigación y desarrollo (I+D+I).

 

“La revolución industrial puede

entenderse, en gran medida, como una revolución tecnológica, uno de cuyos factores

decisivos, como había profetizado Francis Bacon en La Nueva Atlántida, fue la re-

volución científica de los siglos XVI y XVII en Occidente. A partir de la ciencia básica

o pura comienzan a generarse tecnologías como la electricidad, cuyas aplicaciones

prácticas hubieran resultado imposibles sin la previa comprensión teórica de Michel

Faraday y otros; la ingeniería nuclear, basada directamente en los descubrimientos

puramente académicos de Rutherford y Fermi; el radar, que nació de las investiga-

ciones teóricas sobre la propagación de las ondas radioeléctricas en la atmósfera

superior de la Tierra; el láser, que se derivó de las teorías fundamentales que hacían

falta para explicar los fenómenos cuánticos en los átomos; la biotecnología, que aplica

los conocimientos teóricos de la bioquímica sobre la base molecular de la herencia, etc."

 

Resumiendo: a una revolución tecnológica corresponde otra científica mediante la invocación de principios generales con la descripción de fenómenos y su clasificación, relaciones causales, hipótesis y consecuencias deductivas que desembocan en una lógica científica, de tal modo que la diferencia entre técnica y tecnología, como dice Bachelard, habría que ponerla en una ruptura conceptual (corte epistemológico, dicho de otra manera), es decir, que si la técnica llega a construir la lámpara eléctrica del hilo incandescente rompe con las técnicas antiguas de iluminación que consistían en quemar una materia para iluminar.

Avanzando un poco más en el saber científico hay que tener en cuenta lo que los griegos entendían por ciencia estricta (episteme): "un saber absolutamente necesario sobre las causas reales de las cosas naturales". Casi nada; porque este saber se extendió pronto al propio discurso hipotético (dianoia) y a la filosofía como tal, (noesis, sabiduría): llegar a la esencia misma de la realidad.

A partir del s. XVII, y más concretamente en el s. XIX las cosas cambian para la ciencia y para la filosofía, porque la misma "especialización" del saber (como dice Ortega y Gasset en "La rebelión de las masas") ha contribuido a un gran progreso cualificando a la ciencia moderna.

 

1. 5. 1.- Rasgos distintivos del conocimiento científico.

 

TEXTO

"Términos, relaciones y operaciones constituyen la sintaxis interna de toda

ciencia, una sintaxis que puede aislarse formalmente, pero que no agota cabalmente el

proceso de construcción científica. La exigencia de una sintaxis interna excluye ya

ciertas representaciones empiristas que reducen la ciencia a una colección de datos

verdaderos. Una guía telefónica, por ejemplo, no es una ciencia, porque la sintaxis que

utiliza es externa al campo.

Además de la sintaxis, toda ciencia requiere referentes materiales específicos,

categoriales. De ahí que no todo conjunto de conocimientos, organizado lógicamente,

merezca el nombre de ciencia. A pesar de los esfuerzos del P. Bochenski por estructurar

lógicamente la teología, ésta no cumple la exigencia semántica de tener unos referentes

fisicalistas en que apoyarse: los datos de la fe no son materiales, salvo que se reduzca la

deidad al pictograma que la representa. En cambio, la Química ha ingresado, como diría

Kant, en el real camino de la ciencia desde que, gracias a la pila de Volta (técnica),

comienzan a aislarse los elementos químicos. La teoría atómica de Dalton constituye su

sintaxis y la tabla periódica de Mendeleiev, su alfabeto. En poco más de una década

(finales del XVIII, principios del XIX) no sólo se aislan nuevos metales, como el sodio,

el calcio y el potasio por electrólisis, sino que se enuncian una serie de relaciones (la ley

de la conservación de la masa de Lavoisier, la más afinada ley de las proporciones

definidas de Proust, la ley de los volúmenes de Gay-Lussac o la Hipótesis de Avogadro

sobre el número de moléculas) que legislan de forma rigurosa las transformaciones de

los cuerpos. Estas transformaciones no son gratuitas, como lo demuestra el hecho de

que las operaciones de análisis y síntesis producen resultados predecibles de forma

exacta".

 

COMENTARIO

Los rasgos distintivos del conocimiento científico son los términos, relaciones y operaciones que constituyen la sintaxis interna de una investigación científica con un "cierre categorial" que excluye "representaciones empiristas que reducen la ciencia a una colección de datos empíricos”.

Las ciencias han de tener una dimensión sintáctica, es decir una lógica interna; una dimensión semántica, es decir una significación material, física; y una dimensión pragmática, es decir institucional que garantice la producción y reproducción del conocimiento.

No olvidemos que las ciencias discurren por convenciones, foros profesionales y criterios acordados.

La filosofía ha de discernir "los componentes materiales de las ciencias de sus componentes formales". Los materiales son fisicalistas y los formales se atienen a la forma del todo operativo, el modo de operar de un todo, que es lo que se llama MODO GNOSEOLÓGICO, que es tanto como hablar de TEOREMAS de la ciencia.

Si atendemos a las ciencias teológicas, vemos que sus componentes no son fisicalistas, por lo que ese gremio de teólogos del s. XIII, con Sto. Tomás a la cabeza, no lograron fundar una ciencia por mucho aparato institucional y hasta metodológico que hubiere.

Sin embargo, el ej. histórico del primer teorema científico de Tales de Mileto dio lugar al nacimiento de la ciencia que posteriormente apuntalaron Pitágoras, Anaxágoras, Demócrito y Euclides con sus "Elementos de geometría".

Y este inicio consistió en un tratamiento gnoseológico de una estructura geométrica en la que se da un paso al límite racionalizando la "necesariedad" de lo que se estaba haciendo allí. Se resume del siguiente modo: "Todo triángulo inscrito en una circunferencia, que tenga como diámetro uno de sus lados, es rectángulo".

La evidencia racional material que nos transmiten los textos conserva el núcleo argumental de la demostración que atribuimos a Tales de Mileto. Podemos suponer que Tales

razonó del siguiente modo:

 

"inscribamos un triángulo ABC, cuyo lado AC sea el diámetro. El diámetro divide la

circunferencia en dos partes iguales (y esto, cualquiera que sea el lugar por donde la

corte). En virtud de la identidad de la circunferencia, un diámetro que pase por B tendrá,

en el otro semicírculo (por respecto al diámetro lado) un reflejo B'. El diámetro BB'

genera dos semicírculos iguales (Teorema de la bisección de Tales). Los cuatro se-

micírculos se relacionan entre sí matricialmente. Las relaciones entre los puntos ABC se

reproducen entre los puntos AB'C; por tanto, AB' respecto de B'C reconstituirán las

mismas relaciones que median entre BC y AB. Estas relaciones son análogas entre sí,

analogía que se nos determina según el esquema de identidad del paralelismo (AB’/BC

y AB//B'C). En consecuencia el paralelogramo ABCB' será un rectángulo y no un

romboide porque sus diámetros son iguales entre sí. Luego B (ángulo) será rectángulo c.

q. d., porque forma parte siempre de un rectángulo".

Por medio de esta demostración, o de alguna otra conducente al mismo

resultado, Tales de Mileto habría puesto el pie en el terreno de una construcción

racional en sentido estricto, categorialmente cerrada, autónoma, dependiente tan sólo de

la misma legalidad racional objetiva. Una racionalidad que hace uso de términos es-

pecíficos (puntos, rectas, ángulos, triángulos, círculos...), estableciendo entre ellos unas

relaciones necesarias (identidad, paralelismo...), que son objetivas porque solamente

dependen, para que se manifiesten, de nuestras operaciones, llevadas a cabo por medio

de la regla y el compás. La regla y el compás pueden considerarse como operadores

objetivos que permiten la eliminación efectiva del sujeto gnoseológico, pues éste puede

ser en todo momento sustituido por otro sujeto que maneje los mismos operadores".

De ahí que hablemos de ciencias a- operatoriasvs.  ciencias  b-operatorias que incluyen al sujeto de operación.

 

1. 6. – EL SABER FILOSÓFICO Y SUS TRANSFORMACIONES

 

1. 6. 1 –Ciencia y Filosofía. Historia de un conflicto

 

Hasta aquí, hemos visto cómo el conocimiento crítico ha ido disolviendo los saberes precientíficos desde el mito, la magia, la religión o la técnica más elemental, y lo ha hecho a través de pasos y transformaciones del conocimiento, empezando por 1. 4. 1 – Ideología y crítica filosófica, por 1. 4. 2. – Religiones Terciarias y Teología, por 1. 4. 3. – Pseudociencia y Pseudofilosofía, por 1. 4. 4. –De la tecnología al complejo científico-técnico, y, finalmente, 1. 5. – al saber científico y sus rasgos distintivos desembocando en los teoremas científicos y su demostración, hasta alcanzar la ciencia exenta de la Geometría sin la necesidad de incluir en ella al sujeto operatorio, lo que da lugar a la distinción de  las ciencias naturales (a-operatorias) y las ciencias sociales (b-operatorias).

 

Ahora, en este apartado, ha de diagnosticarse la relación de la ciencia y la filosofía, y para ello habrá que recurrir a los filósofos presocráticos que también fueron científicos (geómetras, físicos, astrónomos) y, diríamos que precisamente sobre esa base científica fueron filósofos del cosmos enfrentándose por primera vez a los mitos y a los dioses de un modo racional y con esquemas geométricos, físicos y astronómicos, aunque todavía metafísicos por su incomprensible cientificidad.

La filosofía académica aparece con Platón y la teoría de las ideas cuya novedad consiste en hacer de la filosofía una ontología, una consistencia racional, por la implicación que unas  ideas tienen con otras ideas en el entretejimiento de la realidad (symploké).

Nos encontramos con que las ideas aportadas por las ciencias a través de sus técnicas han de ser recicladas por una concepción filosófica neutral (sin prejuicio alguno de que la filosofía une e ilumina y la ciencia obstaculiza) y sin creencias preconcebidas de que ha de existir un conocimientoomniesciente de la mano de un plan de la Naturaleza o de una acción del Creador.

Una nueva alianza entre ciencia y filosofía (Ilya Pregogine, premio Nobel de Química, 1977) parece asistirnos hoy en las intersecciones entre disciplinas diversas, como la biología y la geología, cuyas ideas se tocan y se despliegan entretejiéndose en el esclarecimiento del conocimiento del Universo.

                                                                               

Entonces, ¿cuáles son los rasgos distintivos del conocimiento filosófico?

 

1. 6. 2. – Rasgos distintivos del conocimiento filosófico.

 

En el libro SYMPLOKÉ se apuntan cuatro:

 

A. –La filosofía hay que entenderla como una tensión hacia el conocimiento, un erosen sentido platónico, una actividad o una praxis, dirían otros.

B.  –La filosofía va más allá de la ciencia cuando se introduce en cuestiones transcendentales que afectan al Todo de los problemas y a los problemas de todo: en extensión y en intensión o radicalidad. Hans- Georg  Gadamer lo expresa de este modo: si la teoría de la ciencia buscase una justificación, ¿no tiene que ir más allá de la misma ciencia?, es decir, al todo del saber y a la ciencia en el todo de nuestro saber, tropezando entonces con las mismas cuestiones que la filosofía no ha dejado de plantearse desde Kant.

C.  –La conciencia crítica de la filosofía son el campo de las ideas que se desprenden de las ciencias categoriales en conexión circular recurrente en un regresus y un progresus.

D.  La filosofía es un saber de segundo grado porque es un producto histórico cultural erigido sobre la base de múltiples saberes previos, sobre los cuales se ejerce la actividad crítica, y, además, es dialéctica dentro de las contradicciones en las se ve envuelta por aquello de que nada más aparecer reflexiona sobre ellas. La filosofía académica se comporta como los artistas de la razóncomo decía Kant, y lo hace al modo de scientia y sapientia, es decir, de conocimiento teórico y de prudencia práctica, moral y política exhibiendo al mismo tiempo su carácter catártico.

 

Termina este capítulo con un apéndice en el que se cierra con la afirmación de que toda filosofía verdadera debe ser considerada como materialista, entendiendo por Materialismo tanto la Idea de materia ontológico general (M), como los tres géneros de materialidad (ontología especial) que constituyen el mundo del conocimiento (M), a saber: M1, M2, M3, que recuerda aquella división de Wolff  (Mundo, Alma y Dios), o aquella otra del idealismo alemán (Filosofía de la naturaleza/filosofía del espíritu) que el propio Marxismo acuñó comodialéctica de la naturaleza/ dialéctica de la historia.