viernes, 9 de diciembre de 2011

CONVULSIÓN POLÍTICA EN EL MARCO EUROPEO

(PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX)

José Luis Gómez Fernández

Desde la Revolución francesa, parece haberse trazado para la posteridad la línea de los adeptos al Antiguo Régimen y los liberales que ansían derroteros nuevos y aventuras políticas de nuevo cuño.
De un modo generalizado planea sobre Europa un sentimiento de toma de conciencia de la necesidad de rebelión ante los hechos presenciales de una economía en bancarrota y unas divisiones políticas que auguran el desconcierto y la inseguridad ciudadana.
El anarquismo y el socialismo están al acecho de ser los primeros protagonistas de las disensiones políticas y sociales.
Tengamos en cuenta que la aparición de innovaciones tecnológicas arrastra consigo una convergencia de ideas nuevas que, a su vez, implica la conciencia de la necesidad de transformación ideológica, cultural y mediática.
Si a este clima se une el sentimiento nacionalista y la competitividad entre los pueblos, se explica la convulsión en Europa y Rusia, como quedó de
Manifiesto en 1905 con una revolución fallida al igual que en Rumanía con la revuelta campesina, o en Grecia con la rebelión de los militares, o en Portugal con el derrocamiento de la monarquía.
En Alemania, por otra parte, temerosa, después de la Primera Guerra Mundial, de aquellos países que, como el Reino Unido, Francia o Rusia, podían socavar su industria armamentística, se alienta la estrategia de división interna creando temor y tensión en toda Europa, cuyas consecuencias bélicas más inmediatas se ciernen sobre Armenia por el Imperio Otomano con un millón de muertos.

En 1917 triunfa la Revolución rusa a pesar de la resistencia de los blancos frente a los rojos o bolcheviques (comunistas), pero es tal el despliegue del Ejército Rojo que, envalentonado, invade Polonia con la intención de adentrarse en toda Europa y el interior de Rusia con su enorme territorio y múltiples nacionalidades, donde se libran batallas y guerras civiles frente a una masa campesina analfabeta que sólo clama por vivir en paz cultivando sus tierras en propiedad, hasta que, con golpes de fuerza, ya en 1922-23, los comunistas se hacen con casi todo el territorio reorganizando ese país como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Así las cosas, y con el hundimiento de Alemania y el Imperio austro-húngaro, tras la Primera Guerra Mundial, la situación política, social y económica discurre en declive hasta la República de Weimar que detiene la sublevación de obreros radicales del Partido Comunista de Alemania, que de otro modo se habría adelantado una conmoción mucho más grave en toda Europa con levantamientos revolucionarios destructivos para la economía y el entendimiento político en una situación así.
El hecho, sin embargo, al que se asistió fue que las dos únicas repúblicas que hacen de muros de contención al avance revolucionario, son la de Weimar en Alemania y la tercera República en Francia de 1871.

No hay comentarios:

Publicar un comentario