sábado, 14 de enero de 2012

POLÍTICA DE LA EDUCACIÓN Y LA ENSEÑANZA

POLÍTICA DE LA EDUCACIÓN Y DE LA ENSEÑANZA

(Educación para la Ciudadanía)


José Luis Gómez Fernández



Cuando los ciudadanos no educan a sus políticos, los políticos terminan por educar a sus ciudadanos.
Aunque la ironía se entiende por sí sola, no deja de ser pertinente como justificación de este escrito que podríamos dividir en dos partes:
a) la ocurrencia de diseñar un proyecto de unificación educativa desde Europa, como si Europa fuera una unidad política, y como si cupiera esculpir en un diseño único una tal estrategia.
b) qué se entiende por educación, y qué se entiende por adiestramiento. Y finalmente, qué papel juega la enseñanza en este triángulo de términos.

a) La idea viene de la Comunidad Europea

La Unión Europea, (UE) a través de la Conferencia Permanente de Ministros de Educación Europeos, se sacó de la manga un proyecto nada menos que para educar a sus ciudadanos europeos (se supone) con el fin de unificar pensamientos, sentimientos, afectos y conductas desde la más tierna juventud, presentando un marco general dentro del cual puedan expresarse las diversas culturales y políticas de cada miembro integrante de la Comunidad Europea.
No en vano, el año 2005 fue considerado como Año Europeo de la Ciudadanía mediante la Educación. Y en marzo de ese mismo año, un Comité Español, constituido a tal efecto, decreta medidas (del 4 de enero de 2007) destinadas a encauzar dicha disciplina y materializar su programa. Su objetivo, se dice, es “labrar ciudadanos democráticos, libres, dialogantes y armónicos”
Pues bien, el propósito de UE es la creación de un Mercado lo más amplio posible, (hoy con 27 miembros) con moneda única y flujo continuo, sin fronteras y con desaparición de las fluctuaciones de valoración de la moneda. Dentro de este marco, se concibe al ciudadano como un consumidor consagrado al becerro de oro del Mercado, sin perjuicio de que el oro del becerro se acumule en manos de quienes lo esculpieron.
Esta disciplina está configurada en dos fases. A), Educación para la ciudadanía y los Derechos humanos y B), Educación ético-cívica. La primera se programa en cinco bloques y la segunda en seis. Aquéllos y éstos se proyectan como canalizaciones para programar destrezas, habilidades, relaciones interpersonales solidarias, con deberes y derechos en medio de las diversidades culturales y sociales de cada país miembro y mediante la idea de aparecer como pertenecientes a un mismo mundo global y globalizado, pase lo que pase.
1- Mención especial de la Educación ético-cívica (de cuarto curso de la ESO), es la exaltación de la igualdad de hombres y mujeres con su implicación afectivo-emocional, donde puede caber de todo, hasta extorsionar el lenguaje y pronunciar miembros y miembras, vascos y vascas, amén de otros muchos disparates.
2- La UE, ante todo, trata de implantarse como Mercado Europeo con 400 millones de consumidores y en competencia con Estados Unidos. Hasta aquí el proyecto venido de afuera y adaptado desde dentro con el Gobierno anterior.

b) Educación, Adiestramiento, Enseñanza
Ahora bien, si nos detenemos a pensar que educar a un individuo no es resolverle sus problemas sino enseñarle a localizarlos y despejarlos en sus propias conciencias, que empiezan a apuntar en todos los entresijos de sus pequeñas vidas, entonces aquello con lo que debe quedarse al final del ciclo es precisamente haber aprendido a pescar el pez, no a comerlo pescado por otros.
En ello interviene la maduración de la mente, que se despeja no sólo con el conocimiento de lo aprendido sino con la voluntad de decidirse a roturar caminos nuevos y a asumir lo mismo los aciertos que los errores y sus consecuencias. Es el caldo de cultivo de la floración de los valores humanos y el aprecio por los más altos en una escala de excelencia en su ascenso y de indecencia en su descenso, pues como dice el clásico “nada humano me es ajeno”.
Los llamados Derechos Humanos quedarán siempre implicados con Deberes Humanos, y unos y otros imbricados con valores de estima y aprecio en esa escala.
Y habría que añadir una particularidad esencial al tratar esta cuestión, y es aquella a la que apenas se presta atención al meterla en el mismo saco como si todos fuéramos iguales por el hecho de haber nacido desiguales.
Es ésta: una persona alberga dos personalidades, por decirlo en términos sociológicos, a saber, la propia de su carácter y su idiosincrasia, y la que adquiere en grupo, sea éste un grupo político, cultural o religioso (en éste se siente más gallito por estar respaldado por otros, y si vienen mal dadas, me cubren. Esto lo advertimos hasta en las bandas juveniles).
Y viene bien traerlo a colación en la Educación porque como individuo uno es una cosa (valga la expresión) y como grupo es otra. En esta última, el muchacho, al formar grupo social con los compañeros que tiene a su alrededor, adquiere una nueva dimensión, que es la de mirar y ser mirado (tal vez ser comparado, estimado o desestimado), pero en todo caso no puede rehuir mirar con la mirada de los demás, con la mirada con que le miran. Nota importantísima en psicología para solventar la autoestima en la sociedad y en la profesión laboral.
En consecuencia, se educa a las personas y se adiestra a los animales. Pero no es menos cierto que el conocimiento o aprendizaje (personajes ilustres) no garantiza su educación.

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